Los peligros de la meditación

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En esta página publiqué un artículo sobre los peligros del Yoga. ahora recojo otro en el que se plantea la necesidad de reflexionar, de llevar a cabo los procesos de meditación de forma controlada. La meditación, como el yoga, no son asépticos y tienen sus consecuencias.


Publicado en The Humanist, septiembre/octubre de 2007

por Mary Garden

Allá por el año 1979, cuando vivía en Pune, la India, como ingenua devota del célebre gurú Bhagwan Rajneesh (conocido también como Osho), sucedió algo que me ha marcado hasta el día de hoy. Un hombre que acababa de llegar de Katmandú tras realizar durante treinta días un curso de meditación de budismo tibetano se suicidó. Le había conocido la noche antes y tomamos café juntos. No recuerdo de qué hablamos, aunque se mostró cordial y no parecía angustiado. Sin embargo, al día siguiente, subió hasta lo más alto del Blue Diamond Hotel y saltó al vacío.

Bhagwan (Osho), en su primer sermón tras el suicidio del hombre, trató de tranquilizarnos diciendo que el hombre ya se había reencarnado en un alma más iluminada. Pero yo estaba bastante alterada y recuerdo que pensé lo extraño que era que alguien se suicidara después de un curso de meditación. ¿No se supone que la meditación es algo que se hace para conseguir —cuanto menos— tranquilidad espiritual? Me preguntaba si quizás sufría una enfermedad mental y puede que no debiera haber participado en el curso. Pero incluso padeciéndola, ¿la meditación no debería haberle ayudado? No se me ocurrió que la meditación en sí pudiera haber sido la causa de un desequilibrio mental que le empujara al borde del abismo; que la meditación pudiera ser perjudicial para algunas personas. ¿Tal idea ha aparecido jamás en los medios convencionales, por no hablar de la infinidad de revistas de la Nueva Era?

Desde la década de los setenta del siglo pasado, la meditación se ha ido haciendo cada vez más popular en Occidente y se promueve como una forma para reducir el estrés, conseguir la relajación e incluso tratar la depresión. Actualmente se utiliza en las aulas, los centros penitenciarios y los hospitales. Aquí en Australia, los maestros y grupos de meditación han aparecido como champiñones: cientos de ellos salen rumbo a los cursos gratuitos (solo se aceptan donativos) de diez días de Vipassana o se sientan y meditan con grupos como el Brahma Kumaris o Sahaja Yoga. Existe la suposición y la creencia generales de que la meditación es una técnica secular y que es buena para todo el mundo.

Los tipos de meditación que se suelen enseñar más habitualmente incluyen permanecer sentado sin moverse y concentrarse en la respiración, repitiendo en silencio un sonido (mantra) o visualizando una imagen. Lo que a menudo se pasa por alto es que estas técnicas de meditación orientales nunca fueron concebidas como métodos para reducir el estrés y conseguir la relajación. Son esencialmente instrumentos espirituales diseñados, al parecer, para “limpiar” la mente de impurezas y alteraciones con el fin de lograr la llamada “iluminación” (un concepto tan impreciso como “Dios”).922731_510284135687673_1615678254_n

En las escrituras hindúes, el Bhagavad Gita, el dios Krishná le dice a Árjuna:

“Sentado y concentrando la mente en un solo objeto, controlando los pensamientos y las actividades de los sentidos, deja al yogui practicar la meditación para la autopurificación… Manteniendo siempre la mente fijada en el Ser, el yogui, con la mente sometida, alcanza la paz del Supremo nirvana, uniéndose a Mí.”

También K. Sri Dhammananda, nacido en Sri Lanka, quien antes de su muerte en 2006 fuera el monje budista Theravada más destacado de Malasia y Singapur, escribió: “Nadie puede alcanzar el Nibbana [nirvana] ni la salvación sin desarrollar la mente por medio de la meditación. La meditación es una forma agradable de conquistar las impurezas que contaminan la mente.”

La gente ha abusado de la práctica de la meditación. Quieren resultados rápidos e inmediatos, del mismo modo en que esperan beneficios rápidos de todo cuanto hacen en su vida cotidiana… la mente debe controlarse lentamente y no hay que intentar alcanzar los estados más altos sin una formación apropiada. Hemos oído hablar de jóvenes demasiado entusiastas que salieron literalmente de sus mentes porque adoptaron las actitudes equivocadas hacia la meditación.943499_10200589599915136_1775363895_n

El Dr. Lorin Roche, maestro de la meditación, afirma que el principal problema surge del modo en que los practicantes de la meditación interpretan las enseñanzas budistas e hindúes. Señala que las técnicas de meditación que fomentan el desapego del mundo solamente iban destinadas a monjes y monjas. Ha dedicado treinta años de su vida a entrevistarse con personas que meditan regularmente y afirma que muchas estaban deprimidas. Dice que han tratado de desprenderse de sus deseos, sus amores y su pasión. “La depresión es un resultado natural de la pérdida, y si internalizas las enseñanzas que te envenenan contra el mundo, entonces sin duda te vas a deprimir.”

El Dalai Lama ha dicho que las formas orientales de meditación deben utilizarse con cuidado: “Los occidentales que llevan a cabo con demasiada rapidez una meditación profunda deben aprender más acerca de las tradiciones orientales y formarse mejor de lo que suelen hacerlo. En caso contrario, pueden aparecer ciertas dificultades físicas o mentales.”

No recuerdo haber recibido ninguna de estas advertencias cuando empecé a meditar, aunque probablemente no les hubiera prestado demasiada atención en caso de haberlas recibido. Junto con mis compañeros “buscadores”, consideraba que cualquier experiencia negativa curaba o sencillamente hacía desaparecer el mal karma.

Medité mucho en los años setenta y entonces pensaba que era superior a los que no lo hacían. Por suerte no sufrí ninguna crisis (aunque seguramente a veces estuve “fuera de mí”). Tuve todo tipo de experiencias extrañas y sorprendentes y, al principio, a menudo sentía beatitud y éxtasis. Hubo unas pocas veces en las que sentí que formaba “un todo con el universo” y, en una ocasión, empecé a alucinar que los árboles de fuera vibraban con luz blanca, convencida de que podía oír el sonido Om sagrado retumbando en la noche del Himalaya.

Además de a meditaciones hindúes, que comportaban el murmuro de mantras de diversos tipos (incluso pasé un tiempo con los Hare Krishnas en Vrindaban, donde utilizaba un mala bordado con 108 cuentas para cantar “Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare” durante todo el día), también asistí a cinco retiros budistas de Vipassana de diez días de duración. El maestro era S. N. Goenka. Su organización dirige actualmente retiros en todo el mundo y son, de lejos, los cursos de meditación más populares que se ofrecen. Estos cursos requieren estar sentado hasta catorce horas al día, controlando la respiración y las sensaciones del cuerpo e intentando distanciarse. El objetivo (además de la iluminación) es la ecuanimidad. No hay que prestar atención a las sensaciones de felicidad, como tampoco a las de malestar físico (ni tan si quiera angustia intolerable) que puedan aparecer por el hecho de permanecer sentado durante tanto rato. Los practicantes de la meditación no tienen permitido hablar, escribir ni leer. Tampoco se cena; únicamente se toma una taza de té de hierbas.

Cuando finalmente me di por vencida en la búsqueda de la iluminación a finales de los años setenta y regresé a la vida mundana, también abandoné la meditación (a excepción de algunos minutos sentada, de vez en cuando, controlando mi respiración según el método de Vipassana). Sin embargo, con el paso de los años, me he sentido culpable por ser tan perezosa: “Deberías meditar”, insiste mi voz crítica interior. “Todos los días, por lo menos media hora.” ¿Pero por qué? Me pregunto ahora. ¿Realmente me aportó algo bueno? La vida me va perfectamente bien sin la meditación. Si busco paz y relajación, me doy un masaje, me sumerjo en la bañera con agua caliente o nado veinte largos en la piscina. O doy un largo paseo. O simplemente me siento en una silla y no hago nada. ¿La meditación realmente es tan beneficiosa como proclaman sus defensores?

Arthur Chappell, ex devoto del gurú Maharaj (también conocido como Prem Rawat), señala que la meditación priva de estímulos la mente (deprivación sensorial) y se pregunta si desensibilizar la mente de estímulos puede realmente “afectar a la capacidad de un individuo de reaccionar adecuadamente con el nivel de miedo, amor y otras emociones necesarias en cualquier situación social que se tercie”. Chappell afirma que las mentes se pueden atrofiar (del mismo modo en que lo hacen las extremidades) si no se utilizan para fines diversos:

“Muchos practicantes de la meditación presentan dificultades para realizar sencillos cálculos aritméticos y recordar los nombres de sus amigos tras una meditación prolongada. El efecto es parecido al de la obliteración de la lengua inglesa en 1984 de George Orwell.”182786_459580857457534_895990138_n

En los últimos años, los neurocientíficos han examinado los efectos de la meditación en el cerebro. El profesor Richard Davidson de Wisconsin, durante mucho tiempo practicante él mismo de la meditación budista, afirma que la meditación puede “cambiar los estados neuronales en circuitos que pueden ser importantes para la conducta compasiva y la regulación emocional y de la atención”. Sin embargo, otros científicos argumentan que las afirmaciones de Davidson no se han corroborado y que sus estudios contienen graves fallos que van desde el diseño experimental hasta las conclusiones. La Dra. Nancy Bahías, neurobióloga de la Robert Wood Johnson Medical School de Nueva Jersey, afirma que Davidson y sus partidarios promueven la investigación antes que se haya reproducido. Y lo que es realmente interesante, pero nunca puesto de manifiesto, es que el propio Davidson afirma que, para los psicólogos que utilizan la meditación para tratar a sus pacientes, “la meditación no será buena para todos los pacientes con trastornos emocionales e incluso puede llegar a ser mala para ciertos tipos de pacientes”.

El Dr. Solomon Snyder, responsable de neurociencia de la Johns Hopkins University, advierte que durante la meditación el cerebro libera serotonina. Ello puede ayudar a las personas con depresión leve, pero demasiada serotonina puede causar, en algunas, una ansiedad paradójica inducida por la relajación. En lugar de relajarse durante la meditación, a estas personas les entra angustia y pueden incluso sufrir ataques de pánico. Snyder afirma que en algunos casos de esquizofrenia, la meditación puede abocar a alguien directamente a la psicosis.

¿Y qué hay de todas esas buenas sensaciones que uno puede experimentar con la meditación? ¿Hay otra explicación, por ejemplo, para esa sensación trascendental de formar un todo con el universo?

El Dr. Andrew Newberg de la Universidad de Pennsylvania exploró los cerebros de personas que practicaban el budismo desde hacía tiempo mientras meditaban y los comparó con imágenes tomadas cuando no lo hacían. Newberg observó que el riego sanguíneo al lóbulo parietal posterosuperior disminuía durante la meditación. Esta área del cerebro determina los límites del cuerpo de una persona en relación con el entorno y nos permite desplazarnos por un mundo tridimensional complejo sin chocar contra las cosas. “Sabemos que el lóbulo parietal posterosuperior tiene esta función concreta porque hay pacientes con lesiones en esta misma región que son del todo incapaces de desplazarse sin caer”, afirma Newberg. “No consiguen sentarse en una silla y, por lo general, no suelen comprender del todo dónde termina su cuerpo y empieza el resto del universo.” Afirma que cuando las personas tienen experiencias espirituales y sienten que forman un todo con el universo y pierden su sentido de identidad, puede ser debido a lo que ocurre en esta región del cerebro. “Si se bloquea esta área, se pierde el límite entre el ser y el resto del mundo.” ¿Los practicantes de la meditación budista únicamente experimentaban un extraño efecto secundario de someter sus cerebros a condiciones inusuales?

El Dr. Michael Persinger, profesor de neurociencia de la Laurentian University de Canadá, estudió a 1.018 practicantes de la meditación en 1993 y llegó a la conclusión de que la meditación puede causar síntomas de epilepsia parcial compleja, como anomalías visuales o el hecho de oír voces, sentir vibraciones o experimentar conductas automáticas como la narcolepsia. Cabe destacar que los pacientes epilépticos que sufren crisis epilépticas en los lóbulos temporales tienen alucinaciones auditivas o visuales, que a menudo interpretan como experiencias místicas. Algunos están convencidos de haber hablado con Dios.

En los últimos años, Persinger se ha dedicado a investigar las llamadas experiencias “místicas” bajo condiciones controladas de laboratorio. Hizo que los voluntarios se colocaran un casco dotado de una serie de imanes a través del cual transmitía una débil señal electromagnética. Persinger descubrió que las crisis epilépticas inducidas magnéticamente en los lóbulos temporales generan el mismo tipo de alucinaciones y experiencias místicas que las descritas por los pacientes epilépticos. Cuatro de cada cinco personas, afirma, notifican una “experiencia mística, la sensación de que hay una entidad o ser vivo detrás o cerca suyo”. Algunos lloran, otros sienten que Dios les ha tocado, otros se asustan y hablan de demonios y espíritus malignos. “Eso sucede en el laboratorio”, concreta Persinger, refiriéndose a que los sujetos saben que están en un entorno controlado. “¿Hasta qué punto podrían ser más intensas estas experiencias si sucedieran bien entrada la noche o en el banco de una mezquita o sinagoga?”

¿Indica eso que las llamadas “experiencias místicas” pueden estar causadas por crisis epilépticas, por una disfunción temporal de los circuitos cerebrales provocada por condiciones anómalas como la privación sensorial o la disminución del riego sanguíneo en el lóbulo parietal? ¿Es eso lo que me sucedía?

Además de los hallazgos de los neurocientíficos, hay indicios que no deberían pasarse por alto. Sin duda los retiros prolongados para meditar presentan peligros potenciales, especialmente para los principiantes.

Christopher Titmuss, ex monje budista que actualmente vive en Inglaterra, celebra anualmente retiros de meditación Vipassana en Bodh Gaya, la India. Afirma que en ocasiones las personas pasan por experiencias muy traumáticas y requieren apoyo las veinticuatro horas del día, el uso de fuertes fármacos o incluso la hospitalización. “Otros pueden experimentar un terror fugaz de tener la mente totalmente fuera de control, un temor temporal de haberse vuelto loco”, declara. “O una enajenación de la realidad convencional que hace difícil recuperar la consciencia sin intervención activa.” Pero Titmuss afirma que no es la meditación la que causa dicha conducta: “La función de la meditación, como indica Buda, es actuar como espejo”.941566_471152496295686_1214310582_n

En un foro de debate sobre Vipassana de Goenka llamado tribe.net, un participante llamado Tristan escribe:

“Desearía poder decir cosas maravillosas sobre mi experiencia, pero no puedo. Permanecí allí los diez días, muchos de ellos con alucinaciones increíbles, desde estar dentro de un huevo y ser un animal parecido a un pájaro con las alas rotas, hasta seguir túneles a través de mi cerebro o sentirme completamente en conexión con el universo. No hay problema, me dije, es solo una sensación. Estoy perfectamente a salvo. El último día del retiro, al escuchar el último sermón, solté un inmenso chillido y me desplomé.”

Tristan dice que tuvo un brote psicótico y terminó en un hospital psiquiátrico, donde permaneció varias semanas.

Con los cursos de Goenka ha habido diversos intentos fallidos de suicidio en la India, incluido uno que tuvo como resultado una fractura de columna vertebral y otro en que el superviviente sufrió un traumatismo pulmonar y craneal. Los investigadores de la sede de Goenka en Igatpuri analizaron los casos de nueve personas que se habían autolesionado tras un curso y descubrieron que todas ellas o bien habían practicado otras formas de meditación, o bien utilizaron técnicas curativas o bien tomaron drogas antes del curso. Por consiguiente, consideraron que los trastornos mentales graves producidos tras el retiro no eran efectos secundarios de la técnica de meditación, sino de la práctica o el uso de otras cosas.

Sin embargo, una mujer que recientemente se puso en contacto conmigo me dijo que su hijo hizo un curso de Vipassana en enero en Nueva Zelanda, que le resultó una experiencia muy positiva que producía muy buenas sensaciones de amor, etcétera, pero que al cabo de unos días de haber regresado sufrió un “brote psicótico”. Fue trasladado a un hospital psiquiátrico donde respondió bien a la medicación y actualmente toma antidepresivos.

Su hijo no tenía antecedentes de inestabilidad mental, ni tampoco había ningún antecedente en la familia. Nunca antes había probado la meditación ni había consumido drogas.

Geoffrey Dawson, maestro de meditación Zen y psicoterapeuta en Sídney, ha localizado a veinte personas que tuvieron experiencias mentalmente angustiantes a consecuencia de asistir a cursos en el Centro de retiro de Vipassana de Goenka en Blackheath (situado en las Montañas Azules de Australia). Dawson dice que estos practicantes de la meditación quedaron fragmentados en lugar de integrados, y sus experiencias incluyeron ataques de pánico, episodios depresivos, o ambos, que en la mayoría de los casos persistían meses después de haber terminado el retiro. También hubo algunos episodios maníacos, uno de los cuales posteriormente se diagnosticó y trató como un trastorno bipolar. Una mujer cuya hija había asistido a un retiro se puso en contacto con Dawson. Los amigos y familiares de la chica se dieron cuenta de que después del retiro se convirtió en una persona fría y obsesiva. Su trastorno psicológico empeoró y al cabo de unos meses se convirtió en un trastorno psicótico. A los dieciocho meses fue hospitalizada y se suicidó.

Dawson sostiene que es sumamente importante que la gente se inicie en los retiros de meditación de forma gradual, algo que no ocurre en el enfoque de Goenka [y de otros]. Dawson es sumamente selectivo en lo que se refiere a las personas que pueden asistir a sus retiros. Inicia a la gente en la meditación diaria regular, junto con una meditación en grupo a la semana; luego les ofrece la posibilidad de asistir a retiros de uno o dos días, y les introduce gradualmente a un retiro más prolongado.

Dawson sugiere que “si se adopta un enfoque gradual en los retiros de meditación, se establecen procesos de apoyo durante los mismos y se realiza un seguimiento”, aunque no se garantiza que los participantes no vayan a tener experiencias negativas, “sin duda se contribuye a prevenir y minimizar el desarrollo de trastornos mentales”.968807_183004411854596_894406915_n

El psicólogo clínico de Colorado Dr. Lois Vanderkooi, que ha escrito sobre la psicosis relacionada con la meditación, apunta que es importante realizar una selección cuando se pretende realizar meditación intensiva y sugiere que puede lograrse fácilmente con un cuestionario en el que se formulen preguntas sobre antecedentes psiquiátricos.

En los retiros de Goenka ahora se utilizan cuestionarios. Afirma que los retiros no se recomiendan a personas con trastornos psiquiátricos graves, ya que es poco realista esperar que Vipassana cure o alivie problemas mentales. Los formularios de solicitud incluyen preguntas como: “¿Tiene o ha tenido alguna vez problemas de salud mental tales como depresión o ansiedad significativas, ataques de pánico, maniacodepresión o esquizofrenia?” Hay también la pregunta: “¿Ha tenido alguna experiencia anterior con técnicas de meditación, terapias o prácticas curativas?” Esta pregunta en concreto permite a Goenka rechazar a las personas que practican una terapia espiritual llamada Reiki. Afirma que ha habido muchos casos en todo el mundo en los que la mezcla de meditación Reiki y Vipassana ha causado daños a los practicantes de Reiki hasta el punto que algunos han llegado a sufrir desequilibrios mentales. Goenka sostiene que tales prácticas “intentan alterar la realidad por medio de la exhortación a una fuerza externa o autosugestión (como la autohipnosis). Ello impide al practicante poder observar la realidad tal cual es”.

¿Pero los cuestionarios son suficiente? Difícilmente pueden detectar a las personas con trastornos psiquiátricos no diagnosticados. También dependen totalmente de que la gente diga la verdad. Las personas pueden mostrarse reacias a rellenarlos con honestidad si ello puede hacer que se les deniegue la participación en el retiro. El Proyecto Icarus, una comunidad web que apoya a las personas con trastornos mentales, considera que los cuestionarios son “arbitrarios, intrusivos y discriminatorios” y alega que las personas que solicitan la asistencia a un retiro “simplemente ocultan sus antecedentes psiquiátricos en la solicitud para evitar la estigmatización”. También afirman que personas con esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad o trastorno bipolar no solo han realizado retiros de meditación, sino que además se han dado cuenta de que la meditación es un valioso instrumento de recuperación.

Richard, ex practicante de meditación que solo quiso identificarse por su nombre, hace las observaciones siguientes:

Los que juegan la carta de la defensa de la “enfermedad mental” parecen tener un interés especial por la filosofía oriental. La meditación parece crear desequilibrio mental al interferir con la química del cerebro. Según se sabe, los enfermos mentales podrían estar mejor dotados para enfrentarse a dichas alteraciones, ya que están acostumbrados a las mismas. Es decir, la defensa de la enfermedad mental no parece basarse en hechos, sino que sirve de excusa instintiva a por qué vemos casos negativos relacionados con la meditación: “la persona ya estaba loca al empezar, no fue la meditación, fue su problema”.

Si uno no persigue la iluminación o las experiencias espirituales, entonces no puedo evitar pensar que el ejercicio podría ser mejor para el bienestar físico y mental que la meditación. Me encanta ir por las mañanas a la piscina a nadar.

Después de mi odisea por la India y mi regreso a la vida mundana en el año 1979, me ha parecido que, al fin y al cabo, regresar al mundo no es algo tan malo. Yo no veo el mundo como un lugar del cual quiero escapar o distanciarme. Mi mente ya no es algo que deba conquistar o limpiar de impurezas. De hecho, mi vida es inmensamente más rica sin meditación, como lo fue la del gran poeta indio Rabindranath Tagore, ejemplificada en su poema

“Contra el conocimiento meditativo”:

Los que desean sentarse, cerrar los ojos

y meditar para saber si el mundo dice la verdad o miente,

pueden hacerlo. Es su elección. Pero yo, mientras tanto,

con ojos hambrientos que no pueden ser satisfechos

miraré el mundo en pleno día. (1896)

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28 comentarios sobre “Los peligros de la meditación

    Catalina Zuluaga escribió:
    May 22, 2014 en 2:55 am

    A mi me paso en mi tercer vipassanaa…. Fue horrible … La peor experiencia de mi vida…. No se lo recomiendo a nadie…. No abran esa puerta !!!

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      Anónimo escribió:
      julio 24, 2014 en 9:43 pm

      Me llamo Àlvaro. He leido tu comentario y me gustaria saber un poco mas de tu experiencia, siempre que quieras, ya que en mi 4 retiro vipasana tuve una experiencia bastante traumatica.

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        Antonio escribió:
        May 2, 2016 en 9:29 pm

        Hola me gustaría contactame con Uds. no importa sus nombres, si no la experiencia que vivieron. Y la posibilidad de compartir mas información de manera privada. les dejo mi mail maracayn6@hotmail.com

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      MariCarmen escribió:
      marzo 13, 2015 en 3:36 am

      Claro está que esta practica no es para todos !! yo he meditado y nunca lo he hecho por un tiempo prolongado,estoy segura que la excesiva meditación y periodos largos de ésta, pueden causar algún tipo de daño en la psiquis,sin embargo como todo,también tiene un lado bueno si uno sabe dosificar y sobre todo saber quién está apto para realizar este tipo de práctica!!

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      Antonio escribió:
      May 2, 2016 en 8:29 pm

      Hola me gustaría contactame con Uds. no importa sus nombres, si no la experiencia que vivieron. Y la posibilidad de compartir mas información de manera privada. les dejo mi mail maracayn6@hotmail.com

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      Antonio escribió:
      May 4, 2016 en 7:50 pm

      Hola Catalina, me gustaría poder ponerme en contacto contigo y saber más sobre tu experiencia por privado, si puedes por favor escribeme a maracayn6@hotmail.com. Antonio.-

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    carmenlo escribió:
    junio 28, 2014 en 10:28 pm

    Gracias por dar una información sumamente valiosa y preventiva para la salud mental aparte de los peligros de la meditación que decir de algunos libros de auto ayuda dicen tener el secreto de la felicidad y poseer todo lo que uno desee y como conseguirlo cambiando los pensamientos dialogo interno creencias de forma repetitiva e incesante y atravesar de la visualizacion .Libros de autores tan leídos como loisse hay sirve realmente de ayuda leer y practicar estos tipos de lectura o por el contrario puede aumentar el riesgo de provocar trastornos mentales y empeorar a pacientes que ya padecen diversos trastornos y por ultimo los autores que escriben estos libros son estafadores?lideres de sectas? Negocio fraude realidad?

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      MariCarmen escribió:
      marzo 13, 2015 en 3:46 am

      Por favor no todo es así!!no hay que generalizar, hay gente de buena fe y con la mejor de las intenciones para querer ayudar realmente al prójimo,y si es que ésto está en sus manos lo haría de corazón y sabiendo que hay una evaluación previa ante cualquier proceso de curación.y lo digo porque soy una de ellas!! y no pretendo escribir ningún libro para engañar a nadie así como tampoco soy ninguna estafadora,por el contrario lo único y verdadero que me mueve a hacer lo que hago es el AMOR.Del cual como sabemos se desprenden todas las virtudes humanas,tales como la compasión,la humildad y el perdón!!.

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    Pablo escribió:
    diciembre 25, 2014 en 9:41 pm

    Respecto a la meditación vipassana me parece que está en ningún caso intenta controlar la respiración como dices, muy por el contrario lo que intenta es observarla tal como es y luego las sensaciones de la misma forma. Respecto a las experiencias traumáticas creo que es parte del proceso de purificación de la mente(al menos creo que teóricamente es así ) y yo también he sufrido procesos de profunda angustia o dolor pero lo que busca también la mediación es vivenciar que cada experiencia y la vida en si es impermanente.

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    […] Juan Pelaez Gomez / ¿Cómo diablos me […]

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    Jesús Viñuales Monzón escribió:
    marzo 24, 2015 en 2:19 pm

    La meditación moderada diaria, cómoda, sin obligatoriedades mentales de ningún tipo durante su práctica, constituye el aseo psicológico por excelencia de la persona.

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    Sergio Hernández H. escribió:
    diciembre 9, 2015 en 2:32 am

    Las personas que tienen problemas mentales latentes, pueden desencadenar crisis con cualquier cosa, un problema, una pelicula fuerte, un sermon, una conversación de alguien, etc. Eso no hace que éstas últimas tengan algo que ver. Por que si fuera así todos los que meditan tendrían problemas serios, y la realidad es otra. Este es un caso aislado, y podría haber ocurrido con cualquier detonante externo, religión, secta, lo que sea. Saludos!

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    joel diaz camarillo escribió:
    junio 13, 2016 en 5:38 am

    BUeno, pues yo también tuve una muy mala experiencia con la meditación. Siempre fui una persona emocionalmente estable, con problemas como todos, pero estable. Cuando comencé a meditar todo parecía ir bien, sentía paz, tranquilidad y muchas sensaciones placenteras. Pasa dos años y comienzo a darme cuenta de que soy emocionalmente mas frío y que tengo pánico de salir al mundo. estos síntomas fueron empeorando al grado de querer suicidarme y caer en una depreción que provoco que bajara de peso drástica mente y dramáticamente. Ahora enfrentarse a la vida fue mas difícil porque mi cuerpo se estrezaba y se asustaba ante cualquier situacion por mas simple que fuera y venían pensamientos de suicidio y me imaginaba muchas cosas. El desequilibrio mental fue mucho y llevo tres años con esta situacion y aún no logro estabilizarme por completo. He llorado de frustracion porque mi vida nunca fue asi de riste pero aveces cometemos errores sin saber y medir las consecuencia de ello.

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    Juan José escribió:
    enero 18, 2017 en 9:00 am

    Me solidarizo con todos los que habeis experimentado estos imprevistos, que pueden variar de intensidad y complejidad. La raíz de este sufrimiento, es que en los
    libros donde se difunde esta practica, se enfatizan los aspectos beneficiosos, pero no
    se habla de inconveniente. En la tradición ascética de la India existe
    información de este tipo, ya que se recogen casos de desequilibrio mental, por ejemplo, entre los aspirantes al samadhi o iluminación.

    He sufrido intensamente estos efectos y los he observado con paciencia. En mi caso
    he padecido depresión y descontrol psicomotriz. Os cuento un poco por aportar información..:
    normalmente he notado que al cabo de 4 años de meditación diaria con mantra, aparecen ciertos síntomas, en mi caso: agotamiento general, depresión,
    hipersensibilidad nerviosa, desorden molesto de la actividad subconsciente o dicho
    mas simple, un exagerado caos de la imaginación. También puede producirse un acceso de timidez excesivo al relacionarnos, o incluso taquicardias súbitas.

    He experimentado esto por 2 veces, con el agravamente de que la primera vez adelgace en exceso, y no se si influyo el cambio a un régimen vegetariano macrobiotico.
    En la segunda vez comprobé que mi organismo alcanzaba un limite también a los
    4 años de meditación diaria. El primer periodo de 4 años lo hice con mantras hindúes. El segundo hice la prueba con un mantra propio en castellano, sin connotación religiosa. Igualmente he probado diversas técnicas.
    Invariablemente mi organismo de modo gradual se agota con los síntomas que refiero; que incluyen alarmantes taquicardias. Por prudencia he dejado la practica
    de forma drástica.

    Quiero hacer constar que tuve contacto con Siddha Yoga, y con el grupo de Osho o
    Rajneesh. También tuve contacto por carta con un monje budista del centro que
    tienen en Barcelona. Me explicó que hay que saber «ciertas cosas» sobre la meditación y me invitó a ir a su centro de Barcelona. No fui porque me estaba restableciendo.

    Me alargo demasiado, pero entiendo que la gente debe estar mas informada. La primera vez fue traumatica, porque la gente que te rodea no lo entiende y los médicos y psicólogos tampoco; espero que haya excepciones.

    Debo decir que la segunda vez me he repuesto con mucha mas facilidad, porque sabia a que atenerme. Hay que aceptarlo como una limitación, y en mi caso me ha
    servido para restablecer mi reserva de energía; un complejo vitamínico o ciertos complementos como jalea real o ginseng; un sedante ligero; infusiones sedantes o
    tónicas como el te blanco o el verde pueden servir también, mas que nada para restaurar poco a poco los niveles de energía y bienestar. Solo explico mi caso como
    referencia. Pero es lógico que las cosas varíen con cada persona.

    Aceptar la limitación, paciencia y una recuperación metódica y gradual. De todo se aprende. Nunca desesperarse.

    Abrazos.

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    Humberto escribió:
    May 2, 2017 en 12:21 am

    Hola..mi esposa se introdujo en esto de la meditacion y reiki..pero hace un tiempo ya no es la misma persona,ha tenido cambios en su comportamiento y cree hablar con dios,tambien empieza con movimientos extraños de su cuerpo..ojalá me puedan ayudar ya que tambien yo y mi hijo tenemos miedo a que algo malo le pace

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      Tony escribió:
      junio 11, 2018 en 2:23 am

      Hola Humberto, leyendo su comentario (y otros del blog) me he sentido identificado. Mi mujer lleva 3 Vipassanas de 10 dias en 6 meses y estoy empezando a notar cambios significativos de comportamiento entre los que destacaría : desidia, conformismo, espontaneidad (todos exagerados para ser ella), simplificación de la realidad a niveles muy poco normales en ella, desapego laboral, disminución de la planificación de su vida (jamas lo habia hecho, más bien al contrario, siempre ha necesitado tener las cosas muy claras, planificadas y sentir seguridad).

      Dicho esto:
      – podria alguien indicar si para una persona sin experiencia previa, 3 Vipassanas de 10 días en 6 meses es una relación normal?.
      – encajarían estos efectos que he observado y descrito con efectos más estandarizados?.
      – existiría algun planteamiento que se pudiera hacer a personas como por ejemplo mi Mujer para proponerles reflexionar o replantear la practica / frecuencia este ejercicio?.
      y por ultimo:
      – hay algun centro referente que comunique los pros y contras o riesgos de esta práctica asi como incluya cursos progresivos para principiantes?.

      Empiezo a preocuparme. He meditado y practicado Yoga a nivel Viñasas como ejercicio y relajación. Pero lo que estoy empezando a percibir, me esta empezando a levantar alguna alerta.

      Gracias, Tony.

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        juanpelaez respondido:
        junio 26, 2018 en 11:32 am

        Estimado amigo. Todas las meditaciones, yogas… y ademas practicas fisicopsicologicas producen cambios. Ahora bien habría que evaluar si esos cambios apoyan el desarrollo del ser humano como ser integral o despiertan algún tipo de patología que hasta el momento estaba encubierta. Todas estas disciplinas tienen consecuencias, insisto. Ahora bien habría que evaluar si las mismas apoyan la evolución o las contrarrestan. Has hablado con tu mujer de esto_ Tal vez es el primer paso y que ella te explique cuales son los sentimientos que tiene y vive. Si no lo hablar va a quedar como un rol fantasma. Lo veo mucho en ms consultas como terapeuta. Una de las dos partes de la pareja comienza un cambio en la vida y la otra de repente no la reconoce. Y cuando ambos quieren darse cuenta están ya demasiado lejos para reencontrarse. Tal ve la comunicaron ahora en esta fase que vives sea lo mas adecuado. Un abrazo y gracias por aportar estas consideraciones

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    selva escribió:
    May 5, 2017 en 8:02 pm

    Muchas pero muchísimas gracias por tomarte el tiempo de escribir este artículo que me ha parecido realmente informativo e imparcial y me ha sido de gran ayuda el momento preciso.

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    Anónimo escribió:
    May 24, 2017 en 4:29 am

    He permanecido fuera de la realidad por más de dos años, es como si se mehubiera derrumbado el mundo, y yo al ver como se caia no hubiera hecho nada, como si no me importara, y solo por momentos caigo en cuenta que lo que vengo viviendo no es normal…ahora, busque informacion relacionada (en un momento de «lucidez» y llegue a este articulo justamente por lo mismo, ya que cai en cuenta que todo empezo a cambiar en mi desde que comencé a meditar…no se lo recomiendo a nadie, al menos si no se hace con personas expertas en el tema.

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    […] Fuente: https://juanpelaezescritor.wordpress.com/2013/05/22/los-peligros-de-la-meditacion/ […]

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    Escub escribió:
    marzo 2, 2018 en 12:32 pm

    Hola. Voy a intentar compartir consejos debido a mi experiencia con la meditación.
    A mi me ocurrió lo contrario, la meditación me estabilizó psíquicamente. ¿Por qué? por la motivación, lo fundamental es saber que es lo que quieres y por qué haces lo que estás haciendo. Digo, la comprensión de lo que sucede es infinitamente más importarte que la meditación, la motivación consecuente de comprender que te sucede es lo único que puede ser favorecedor a una pequeña sesión de relajación y quietud impuesta.
    Es fundamental ver exactamente que es lo que estás haciendo. Por ejemplo si te sientas en quietud, simplemente te sientas en quietud y no quiere decir que tu pensamiento se aquiete, es imposible darse cuenta de la quietud porque la misma quietud no se da cuenta de si misma. Si buscas paz es un artificio, es algo que busca algo. Estás jugando con los deseos de un sueño, realizando un esfuerzo. Cuando no hay actividad o no hay un perseguir no eres consciente de la ausencia de algo, no puedes buscar la normalidad, porque el mismo hecho de buscar la normalidad es un conflicto paradójico. Cuando los maestros de meditación utilizan las palabras para definir conceptos como vacío, paz, quietud etc, son solo palabras. Las palabras no son nada, no son la realidad ni los hechos. No hay ninguna descripción que te acerque a la realidad, porque la realidad es únicamente lo que estás viviendo, lo que sientes tú y nadie más, ni ningún otro que diga algo ni ningún libro. Dado que la verdad no es transferible ni lo ha sido jamás, la naturaleza de tu ser, humano, natural, fidedigno, es ver la inutilidad del esfuerzo y la inutilidad de buscar ser otra cosa porque son solo esfuerzos pseudo-intelectuales de lucha de conceptos, de ansias y peleas contra ti mismo.
    Si uno se sienta para liberarse del sufrimiento, ¿qué estás haciendo? ¿Somos niños o qué?, bueno, me perdonan los niños, que creo que ellos jamás harían algo tan imbécil. Si uno se sienta, como una pausa, para ver que está sucediéndonos, ya es otra cosa, ya es un paso a la comprensión. Pero no se puede esperar repetir un acto para conseguir un premio. La comprensión no es un premio, la comprensión es claridad, inteligencia, libertad, no se puede practicar la comprensión, es una cualidad de la salud, de la mente sin tantas cargas y conflictos.
    Por supuesto que la «meditación» produce enfermedad. Sean ustedes mismos, sean genuinos, nadie sabe como sois, cuando estais vivos de verdad todas las complicaciones son complejos del pasado. No puedes llegar a un punto y dejar de vivir, la «iluminación» como salvación última (la cual parece una bonita idea para escapar) es una idea muy tosca y gandula, vaga, defectuosa y mentirosa, a fallado hirientemente para definir la vida la cual es infinita y nunca se para.

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    Margarita escribió:
    septiembre 23, 2018 en 3:43 am

    Gracias por la información. Yo pretendia hacer un viaje a la India o Nepal para un retiro vipassana. Soy muy nerviosa y he sufrido panico y ansiedad. Me documentare exhaustivamente antes de tomar esa decisión y emprender camino hacia lo desconocido.

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    Matias, Argentina, Buenos Aires escribió:
    May 2, 2019 en 6:30 pm

    Hola a todos y todas, me sumo a los comentarios:

    He asistido a cursos de Vipassana de la tradición de Goenka
    .
    Por mi parte entiendo y he visto que muchas personas se toman la práctica de la meditación a la ligera, en el sentido de que hay muchos textos serios, como los sutras del budismo theravada, que habría que tener en cuenta o al menos, desarrollar el interés en estudiarlos previamente, si se pretende sentarse a meditar.

    En Occidente (como también en muchos lugares de Oriente por experiencias que me han contado) se pretende acceder a ciertos beneficios superfluos e inmediatos, cuando la práctica de la meditación es intensa y abarca muchos aspectos de la vida, desde la propia construcción de la personalidad y las estructuras mentales hasta el trato que uno tiene con todos los seres. En un contexto cotidiano, citadino, donde no se recibe la contención necesaria para el desarrollo de las prácticas, o mismo, creer que no se cuenta con el tiempo, o la vuelta a las tareas, responsabilidades, etc. que genera la sociedad capitalista actual, nos enfrentamos con un posible desequilibrio.

    Aquí está el dilema de practicar las enseñanzas espirituales.

    Que sea para la transformación de tu vida
    de la mejor manera posible
    y para la vida de la sociedad del mundo entero
    de la mejor manera posible.

    Muchas gracias por leer, pueden contactarme al siguiente mail,
    para recomendarles lecturas o preguntar, charlar, sobre lo que sea que necesiten,

    albor.matias@gmail.com

    Saludos, que sean felices.

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    Cristobal escribió:
    agosto 14, 2019 en 11:48 pm

    Mediten sin miedo.
    Si tienes algun antecendente psiquiátrico chequéate antes de hacerlo.
    Algunos casos aislados no opacan los beneficios comprobados en millones de personas.

    Metta.

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    Anónimo escribió:
    enero 18, 2021 en 10:25 am

    Mi correo es belghiti333@gmail.com he practicado meditación una semana y he empeorado mucho como si no soy yo y he entrado en depresión grave por favor quiero que alguien me hable que le paso algo igual

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    Los peligros de la meditación – Antiteísta escribió:
    junio 28, 2021 en 4:50 pm

    […] Allá por el año 1979, cuando vivía en Pune, la India, como ingenua devota del célebre gurú Bhagwan Rajneesh (conocido también como Osho), sucedió algo que me ha marcado hasta el día de hoy. Un hombre que acababa de llegar de Katmandú tras realizar durante treinta días un curso de meditación de budismo tibetano se suicidó. Le había conocido la noche antes y tomamos café juntos. No recuerdo de qué hablamos, aunque se mostró cordial y no parecía angustiado. Sin embargo, al día siguiente, subió hasta lo más alto del Blue Diamond Hotel y saltó al vacío.Bhagwan (Osho), en su primer sermón tras el suicidio del hombre, trató de tranquilizarnos diciendo que el hombre ya se había reencarnado en un alma más iluminada. Pero yo estaba bastante alterada y recuerdo que pensé lo extraño que era que alguien se suicidara después de un curso de meditación. ¿No se supone que la meditación es algo que se hace para conseguir —cuanto menos— tranquilidad espiritual? Me preguntaba si quizás sufría una enfermedad mental y puede que no debiera haber participado en el curso. Pero incluso padeciéndola, ¿la meditación no debería haberle ayudado? No se me ocurrió que la meditación en sí pudiera haber sido la causa de un desequilibrio mental que le empujara al borde del abismo; que la meditación pudiera ser perjudicial para algunas personas. ¿Tal idea ha aparecido jamás en los medios convencionales, por no hablar de la infinidad de revistas de la Nueva Era?Desde la década de los setenta del siglo pasado, la meditación se ha ido haciendo cada vez más popular en Occidente y se promueve como una forma para reducir el estrés, conseguir la relajación e incluso tratar la depresión. Actualmente se utiliza en las aulas, los centros penitenciarios y los hospitales. Aquí en Australia, los maestros y grupos de meditación han aparecido como champiñones: cientos de ellos salen rumbo a los cursos gratuitos (solo se aceptan donativos) de diez días de Vipassana o se sientan y meditan con grupos como el Brahma Kumaris o Sahaja Yoga. Existe la suposición y la creencia generales de que la meditación es una técnica secular y que es buena para todo el mundo.Los tipos de meditación que se suelen enseñar más habitualmente incluyen permanecer sentado sin moverse y concentrarse en la respiración, repitiendo en silencio un sonido (mantra) o visualizando una imagen. Lo que a menudo se pasa por alto es que estas técnicas de meditación orientales nunca fueron concebidas como métodos para reducir el estrés y conseguir la relajación. Son esencialmente instrumentos espirituales diseñados, al parecer, para “limpiar” la mente de impurezas y alteraciones con el fin de lograr la llamada “iluminación” (un concepto tan impreciso como “Dios”).El Dalai Lama ha dicho que las formas orientales de meditación deben utilizarse con cuidado: “Los occidentales que llevan a cabo con demasiada rapidez una meditación profunda deben aprender más acerca de las tradiciones orientales y formarse mejor de lo que suelen hacerlo. En caso contrario, pueden aparecer ciertas dificultades físicas o mentales.”No recuerdo haber recibido ninguna de estas advertencias cuando empecé a meditar, aunque probablemente no les hubiera prestado demasiada atención en caso de haberlas recibido. Junto con mis compañeros “buscadores”, consideraba que cualquier experiencia negativa curaba o sencillamente hacía desaparecer el mal karma.Medité mucho en los años setenta y entonces pensaba que era superior a los que no lo hacían. Por suerte no sufrí ninguna crisis (aunque seguramente a veces estuve “fuera de mí”). Tuve todo tipo de experiencias extrañas y sorprendentes y, al principio, a menudo sentía beatitud y éxtasis. Hubo unas pocas veces en las que sentí que formaba “un todo con el universo” y, en una ocasión, empecé a alucinar que los árboles de fuera vibraban con luz blanca, convencida de que podía oír el sonido Om sagrado retumbando en la noche del Himalaya.Además de a meditaciones hindúes, que comportaban el murmuro de mantras de diversos tipos (incluso pasé un tiempo con los Hare Krishnas en Vrindaban, donde utilizaba un mala bordado con 108 cuentas para cantar “Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare” durante todo el día), también asistí a cinco retiros budistas de Vipassana de diez días de duración. El maestro era S. N. Goenka. Su organización dirige actualmente retiros en todo el mundo y son, de lejos, los cursos de meditación más populares que se ofrecen. Estos cursos requieren estar sentado hasta catorce horas al día, controlando la respiración y las sensaciones del cuerpo e intentando distanciarse. El objetivo (además de la iluminación) es la ecuanimidad. No hay que prestar atención a las sensaciones de felicidad, como tampoco a las de malestar físico (ni tan si quiera angustia intolerable) que puedan aparecer por el hecho de permanecer sentado durante tanto rato. Los practicantes de la meditación no tienen permitido hablar, escribir ni leer. Tampoco se cena; únicamente se toma una taza de té de hierbas.Cuando finalmente me di por vencida en la búsqueda de la iluminación a finales de los años setenta y regresé a la vida mundana, también abandoné la meditación (a excepción de algunos minutos sentada, de vez en cuando, controlando mi respiración según el método de Vipassana). Sin embargo, con el paso de los años, me he sentido culpable por ser tan perezosa: “Deberías meditar”, insiste mi voz crítica interior. “Todos los días, por lo menos media hora.” ¿Pero por qué? Me pregunto ahora. ¿Realmente me aportó algo bueno? La vida me va perfectamente bien sin la meditación. Si busco paz y relajación, me doy un masaje, me sumerjo en la bañera con agua caliente o nado veinte largos en la piscina. O doy un largo paseo. O simplemente me siento en una silla y no hago nada. ¿La meditación realmente es tan beneficiosa como proclaman sus defensores?Arthur Chappell, ex devoto del gurú Maharaj (también conocido como Prem Rawat), señala que la meditación priva de estímulos la mente (deprivación sensorial) y se pregunta si desensibilizar la mente de estímulos puede realmente “afectar a la capacidad de un individuo de reaccionar adecuadamente con el nivel de miedo, amor y otras emociones necesarias en cualquier situación social que se tercie”. Chappell afirma que las mentes se pueden atrofiar (del mismo modo en que lo hacen las extremidades) si no se utilizan para fines diversos:“Muchos practicantes de la meditación presentan dificultades para realizar sencillos cálculos aritméticos y recordar los nombres de sus amigos tras una meditación prolongada. El efecto es parecido al de la obliteración de la lengua inglesa en 1984 de George Orwell.”En los últimos años, los neurocientíficos han examinado los efectos de la meditación en el cerebro. El profesor Richard Davidson de Wisconsin, durante mucho tiempo practicante él mismo de la meditación budista, afirma que la meditación puede “cambiar los estados neuronales en circuitos que pueden ser importantes para la conducta compasiva y la regulación emocional y de la atención”. Sin embargo, otros científicos argumentan que las afirmaciones de Davidson no se han corroborado y que sus estudios contienen graves fallos que van desde el diseño experimental hasta las conclusiones. La Dra. Nancy Bahías, neurobióloga de la Robert Wood Johnson Medical School de Nueva Jersey, afirma que Davidson y sus partidarios promueven la investigación antes que se haya reproducido. Y lo que es realmente interesante, pero nunca puesto de manifiesto, es que el propio Davidson afirma que, para los psicólogos que utilizan la meditación para tratar a sus pacientes, “la meditación no será buena para todos los pacientes con trastornos emocionales e incluso puede llegar a ser mala para ciertos tipos de pacientes”.El Dr. Solomon Snyder, responsable de neurociencia de la Johns Hopkins University, advierte que durante la meditación el cerebro libera serotonina. Ello puede ayudar a las personas con depresión leve, pero demasiada serotonina puede causar, en algunas, una ansiedad paradójica inducida por la relajación. En lugar de relajarse durante la meditación, a estas personas les entra angustia y pueden incluso sufrir ataques de pánico. Snyder afirma que en algunos casos de esquizofrenia, la meditación puede abocar a alguien directamente a la psicosis.¿Y qué hay de todas esas buenas sensaciones que uno puede experimentar con la meditación? ¿Hay otra explicación, por ejemplo, para esa sensación trascendental de formar un todo con el universo?El Dr. Andrew Newberg de la Universidad de Pennsylvania exploró los cerebros de personas que practicaban el budismo desde hacía tiempo mientras meditaban y los comparó con imágenes tomadas cuando no lo hacían. Newberg observó que el riego sanguíneo al lóbulo parietal posterosuperior disminuía durante la meditación. Esta área del cerebro determina los límites del cuerpo de una persona en relación con el entorno y nos permite desplazarnos por un mundo tridimensional complejo sin chocar contra las cosas. “Sabemos que el lóbulo parietal posterosuperior tiene esta función concreta porque hay pacientes con lesiones en esta misma región que son del todo incapaces de desplazarse sin caer”, afirma Newberg. “No consiguen sentarse en una silla y, por lo general, no suelen comprender del todo dónde termina su cuerpo y empieza el resto del universo.” Afirma que cuando las personas tienen experiencias espirituales y sienten que forman un todo con el universo y pierden su sentido de identidad, puede ser debido a lo que ocurre en esta región del cerebro. “Si se bloquea esta área, se pierde el límite entre el ser y el resto del mundo.” ¿Los practicantes de la meditación budista únicamente experimentaban un extraño efecto secundario de someter sus cerebros a condiciones inusuales?El Dr. Michael Persinger, profesor de neurociencia de la Laurentian University de Canadá, estudió a 1.018 practicantes de la meditación en 1993 y llegó a la conclusión de que la meditación puede causar síntomas de epilepsia parcial compleja, como anomalías visuales o el hecho de oír voces, sentir vibraciones o experimentar conductas automáticas como la narcolepsia. Cabe destacar que los pacientes epilépticos que sufren crisis epilépticas en los lóbulos temporales tienen alucinaciones auditivas o visuales, que a menudo interpretan como experiencias místicas. Algunos están convencidos de haber hablado con Dios.En los últimos años, Persinger se ha dedicado a investigar las llamadas experiencias “místicas” bajo condiciones controladas de laboratorio. Hizo que los voluntarios se colocaran un casco dotado de una serie de imanes a través del cual transmitía una débil señal electromagnética. Persinger descubrió que las crisis epilépticas inducidas magnéticamente en los lóbulos temporales generan el mismo tipo de alucinaciones y experiencias místicas que las descritas por los pacientes epilépticos. Cuatro de cada cinco personas, afirma, notifican una “experiencia mística, la sensación de que hay una entidad o ser vivo detrás o cerca suyo”. Algunos lloran, otros sienten que Dios les ha tocado, otros se asustan y hablan de demonios y espíritus malignos. “Eso sucede en el laboratorio”, concreta Persinger, refiriéndose a que los sujetos saben que están en un entorno controlado. “¿Hasta qué punto podrían ser más intensas estas experiencias si sucedieran bien entrada la noche o en el banco de una mezquita o sinagoga?”¿Indica eso que las llamadas “experiencias místicas” pueden estar causadas por crisis epilépticas, por una disfunción temporal de los circuitos cerebrales provocada por condiciones anómalas como la privación sensorial o la disminución del riego sanguíneo en el lóbulo parietal? ¿Es eso lo que me sucedía?Además de los hallazgos de los neurocientíficos, hay indicios que no deberían pasarse por alto. Sin duda los retiros prolongados para meditar presentan peligros potenciales, especialmente para los principiantes.Christopher Titmuss, ex monje budista que actualmente vive en Inglaterra, celebra anualmente retiros de meditación Vipassana en Bodh Gaya, la India. Afirma que en ocasiones las personas pasan por experiencias muy traumáticas y requieren apoyo las veinticuatro horas del día, el uso de fuertes fármacos o incluso la hospitalización. “Otros pueden experimentar un terror fugaz de tener la mente totalmente fuera de control, un temor temporal de haberse vuelto loco”, declara. “O una enajenación de la realidad convencional que hace difícil recuperar la consciencia sin intervención activa.En un foro de debate sobre Vipassana de Goenka llamado tribe.net, un participante llamado Tristan escribe:“Desearía poder decir cosas maravillosas sobre mi experiencia, pero no puedo. Permanecí allí los diez días, muchos de ellos con alucinaciones increíbles, desde estar dentro de un huevo y ser un animal parecido a un pájaro con las alas rotas, hasta seguir túneles a través de mi cerebro o sentirme completamente en conexión con el universo. No hay problema, me dije, es solo una sensación. Estoy perfectamente a salvo. El último día del retiro, al escuchar el último sermón, solté un inmenso chillido y me desplomé.”Tristan dice que tuvo un brote psicótico y terminó en un hospital psiquiátrico, donde permaneció varias semanas.Con los cursos de Goenka ha habido diversos intentos fallidos de suicidio en la India, incluido uno que tuvo como resultado una fractura de columna vertebral y otro en que el superviviente sufrió un traumatismo pulmonar y craneal. Los investigadores de la sede de Goenka en Igatpuri analizaron los casos de nueve personas que se habían autolesionado tras un curso y descubrieron que todas ellas o bien habían practicado otras formas de meditación, o bien utilizaron técnicas curativas o bien tomaron drogas antes del curso. Por consiguiente, consideraron que los trastornos mentales graves producidos tras el retiro no eran efectos secundarios de la técnica de meditación, sino de la práctica o el uso de otras cosas.Sin embargo, una mujer que recientemente se puso en contacto conmigo me dijo que su hijo hizo un curso de Vipassana en enero en Nueva Zelanda, que le resultó una experiencia muy positiva que producía muy buenas sensaciones de amor, etcétera, pero que al cabo de unos días de haber regresado sufrió un “brote psicótico”. Fue trasladado a un hospital psiquiátrico donde respondió bien a la medicación y actualmente toma antidepresivos.Su hijo no tenía antecedentes de inestabilidad mental, ni tampoco había ningún antecedente en la familia. Nunca antes había probado la meditación ni había consumido drogas.Geoffrey Dawson, maestro de meditación Zen y psicoterapeuta en Sídney, ha localizado a veinte personas que tuvieron experiencias mentalmente angustiantes a consecuencia de asistir a cursos en el Centro de retiro de Vipassana de Goenka en Blackheath (situado en las Montañas Azules de Australia). Dawson dice que estos practicantes de la meditación quedaron fragmentados en lugar de integrados, y sus experiencias incluyeron ataques de pánico, episodios depresivos, o ambos, que en la mayoría de los casos persistían meses después de haber terminado el retiro. También hubo algunos episodios maníacos, uno de los cuales posteriormente se diagnosticó y trató como un trastorno bipolar. Una mujer cuya hija había asistido a un retiro se puso en contacto con Dawson. Los amigos y familiares de la chica se dieron cuenta de que después del retiro se convirtió en una persona fría y obsesiva. Su trastorno psicológico empeoró y al cabo de unos meses se convirtió en un trastorno psicótico. A los dieciocho meses fue hospitalizada y se suicidó.Fuente: https://juanpelaezescritor.wordpress.com/2013/05/22/los-peligros-de-la-meditacion/ […]

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    carmen escribió:
    septiembre 10, 2022 en 8:16 pm

    mi marido empezo a meterse en el bodrio o estercolero llamado nueva era abducido por videos de todo tipo de charlatanes en youtube. acabo metiendose en un curso de registros akashicos de una
    guru que vio en youtube. nuestras vidas se convirtieron en un infierno durante un mes hasta que lo pude sacar y despues de eso una recuperacion de más de un año para volver a la realidad. tuvo un grave brote psicótico. estuvo meditando por horas en ese curso.

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Muchas gracias.Thanks so much. Merci.