Día: agosto 2, 2013

Noticias importantes para el cambio ¿Qué sucede cuando tomas azúcar?

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Estas  imágenes nos dan una perspectiva del consumo de azúcar.

Pubicado en: http://www.formarse.com.ar

Recuerden, un cubito= 1 cucharadita de azúcar = 4.2 gr.
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Qué sudece cuando acabas de beber un refresco 

Primeros 10 minutos: 
10 cucharadas de azúcar golpean tu cuerpo, 100% del total recomendado diariamente. No vomitas inmediatamente por el dulce extremo, porque el ácido fosfórico corta el gusto.

20 minutos:
 
El nivel de azúcar en la sangre explota, provocando un chorro de insulina. El hígado responde transformando todo el azúcar que recibe en grasa (Es mucho para este momento en particular).

40 minutos:
  
La absorción de cafeína está completa. Tus pupilas se dilatan, la presión sanguínea sube, el hígado responde bombeando más azúcar en la corriente sanguínea. Los receptores de adenosina en el cerebro son bloqueados para evitar mareos.

45 minutos:
 
El cuerpo aumenta la producción de dopamina, estimulando los centros de placer del cuerpo. (Físicamente, funciona como con la heroína.)

50 minutos:
  
El ácido fosfórico empuja calcio, magnesio y zinc para el intestino grueso, aumentando el metabolismo. Las altas dosis de azúcar y otros edulcorantes aumentan la excreción de calcio en la orina, o sea, está orinando sus huesos, una de las causas de la OSTEOPOROSIS.

60 minutos:
 
Las propiedades diuréticas de la cafeína entran en acción. Orinas. Ahora está garantizado que eliminarás más calcio, magnesio y zinc, de los cuales tus huesos necesitarían. A medida que la onda baja sufrirás un choque de azúcar. Te pondrás irritado. Ya habrás eliminado todo lo que estaba en el refresco, pero no sin antes haber eliminado junto, cosas de las cuales necesitará tu organismo.


Noticias importanets para el cambio. Entrevista a Zygmunt Bauman, sociólogo, filósofo y ensayista

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«Hoy nuestra única certeza es la incertidumbre»

 

"Hoy nuestra única certeza es la incertidumbre"

Foto: Pedro Madueño

 El hombre líquido

 Doctor honoris causa por 15 universidades, sigue ejerciendo de profesor (Universidad de Leeds), y se nota: es de esos entrevistados que, con su pipa en ristre y amablemente, apenas te dejan meter baza en la conversación. Su pensamiento y su obra han sido analizados en una docena de libros. Hijo de una familia judía humilde, ex marxista polaco huido del estalinismo, se refugió en la universidad británica y se convirtió en un superventas filosófico. Tirando del hilo de su concepto de modernidad líquida, que define los rasgos característicos de nuestra época, ha escrito sobre la vida líquida, el amor líquido, los miedos líquidos. Participó en Converses a la Pedrera (Obra Social Catalunya Caixa).

¿Cuál es su descubrimiento más reciente?248236_10200849604180016_1064743379_n

Con un pie en la tumba intento hacer balance, y mi constatación es que acabaré donde empecé.

 ¿Buscando una sociedad perfecta?

Sí, hospitalaria para los seres humanos.

 ¿Qué ha aprendido en el trayecto?

He vivido bajo diferentes regímenes, ideologías, modas…, y lo que me resulta más sorprendente es que hay dos valores sin los cuales la vida humana sería impensable: la seguridad y la libertad.

 Reconciliarlos es imposible, dice usted.

Cuanta más libertad tengamos menos seguridad, y cuanta más seguridad menos libertad. En la sociedad, la conquista de libertades nos lleva a una gran cantidad de riesgos e incertidumbres, y a desear la seguridad.

 Y entonces nos sentimos ahogados.

Sí, conseguimos que no nos atraquen por la calle, que si caemos enfermos nos atiendan, pero nos volvemos dependientes, subordinados, y eso nos hace sufrir. Así que volvemos a evolucionar a una mayor libertad.

¿En qué punto estamos hoy?

Estamos asustados por la fragilidad y la vacilación de nuestra situación social, vivimos en la incertidumbre y en la desconfianza en nuestros políticos e instituciones. Estudiar una carrera ya no se corresponde con adquirir unas habilidades que serán apreciadas por la sociedad, no es un esfuerzo que se traduzca en frutos. Toda esta precariedad se expresa en problemas de identidad, como quién soy yo, qué pasará con mi futuro.270307_635493419808785_197627475_n

 Y así llegamos a sus fluidos: sociedad líquida, amor líquido, miedo líquido…

Sí, la modernidad líquida, en la que todo es inestable: el trabajo, el amor, la política, la amistad; los vínculos humanos provisionales, y el único largo plazo es uno mismo.

 Todo lo demás es corto plazo.

No se da el tiempo para que ninguna idea o pacto solidifique. Este enfoque ya forma parte de la filosofía de vida: hagamos lo que hagamos es de momento, por ahora.

 Nada dura para siempre, ni siquiera el futuro.

Hoy nadie construye catedrales góticas, vivimos más bien en tiendas y moteles.

¿Y por qué lo considera un problema?
Objetos y personas son bienes de consumo, y como tales pierden su utilidad una vez usados. La vida líquida conlleva una autocrítica y autocensura constantes; se alimenta de la insatisfacción del yo consigo mismo.521876_10200390380186493_1980766241_n

 Nos hemos quedado sin utopías.

La felicidad ha pasado de aspiración para todo el genero humano a deseo individual. Se trata de una búsqueda impulsada por la insatisfacción en la que el exceso de los bienes de consumo nunca será suficiente.

 Y llegamos al consumidor consumido.

Hemos trasplantado unos patrones de comportamiento creados para servir a las relaciones entre cliente y producto, a otros órdenes del mundo. Tratamos al mundo como si fuera un contenedor lleno de juguetes con los que jugar a voluntad. Cuando nos aburrimos de ellos, los tiramos y sustituimos por algo nuevo, y así ocurre con los juguetes inanimados y con los animados.

 Es decir, otros seres humanos.

Sí, hoy una pareja dura lo que dura la gratificación. Es lo mismo que cuando uno se compra un teléfono móvil: no juras fidelidad a ese producto, si llega una versión mejor al mercado, con más trastos, tiras lo viejo y te compras lo nuevo.

 ¿Qué efectos tiene en el ser humano?

Una actitud racional para con un objeto es una actitud muy cruel para con otros seres humanos. El consumismo es una catástrofe que afecta a la calidad de nuestras vidas y de nuestra convivencia. Creemos que para todos los problemas siempre hay una solución esperando en la tienda, que todos los problemas se pueden resolver comprando, y esto induce a error, nos debilita.

 ¿Por qué nos debilita?944579_557091077683825_415296316_n

Porque nos priva de nuestras habilidades sociales, en las que ya no creemos.

 ¿Cómo construirse a uno mismo, hallar la felicidad en este mundo líquido?

Hay dos factores que cooperan para modelar el camino de la vida humana, uno es el destino, algo que no podemos cambiar, pero el otro elemento es el carácter.

 Ese sí lo podemos moldear.

El destino dibuja el conjunto de opciones que tienes disponible, siempre hay más de una opción. Luego el carácter es el que te hace escoger entre esas opciones. Así que hay un elemento de determinación y otro de libertad.

 ¿Hay que resistirse para ser libre?

Viviendo en una sociedad de consumidores, resistirse a ser un consumidor es una opción posible pero muy difícil. Por lo tanto, la probabilidad de que la mayoría de las personas decida resistirse al consumismo es una probabilidad muy lejana, aunque todas las mayorías empezaron siendo minorías.946702_10201414210028118_1776437156_n

 ¿Alguna solución individual?

Uno no sólo puede, sino que debe vivir su propia vida y el modelo de vida que le encaje, consciente de las consecuencias y costes que acarrea. Y el problema de mejorar la sociedad, y esta es la respuesta a todas las preguntas futuras que me pueda hacer usted.

 ¿…?

Se resume en hacer que la sociedad sea más benevolente, menos hostil, más hospitalaria a las opciones más humanas. Una buena sociedad sería la que hace que las decisiones correctas sean las más fáciles de tomar.

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Noticias importantes para el cambio.Disociación mental: tu cerebro podría estar poniendo atención en un objeto sin que lo hayas notado

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Publicado en : http://www.culturamas.es/blog/

Científicos sugieren la posibilidad de que la atención y la conciencia no sean tan inseparables como se piensa: el cerebro nos permite poner atención en algo sin estar plenamente conscientes de ello.46905_10201215816111679_1600495089_n

Durante mucho tiempo se pensó que poner atención y estar consciente de ello son dos funciones del cerebro tan estrechas y relacionadas entre sí que se creían inseparables. Sin embargo, un estudio publicado en el más reciente número de la revista académica Psychological Science, de la Asociación para la Ciencia Psicológica de Estados Unidos, sugiere que la atención puesta en algo y la conciencia de esa misma atención podrían ser dos procesos no necesariamente simultáneos ni totalmente unidos.

Para llegar a esta conclusión Po-Jang Hsieh —adscrito a la Duke-NUS Graduate Medical School en Singapur—, en colaboración con Jaron T. Colas y Nancy Kanwisher (del Instituto Tecnológico de Massachusetts), de entrada se plantearon la duda sobre dichos procesos mentales y, sobre todo, sobre su supuesta indivisibilidad: “Queríamos preguntarno, ¿pueden las cosas atraer tu atención incluso si no las ves del todo?”, dijo Hsieh.

La respuesta a su pregunta la obtuvieron diseñando y aplicando un par de experimentos basado en el fenómeno conocido como “visual pop-out” [“impresión que salta a la vista”], el primero de los cuales consistió en mostrar a una persona dos videos distintos al mismo tiempo, situándola de tal manera que solo podía ver cada video con uno solo de sus ojos. Por un lado el participante veía un video lleno de color y de patrones cambiantes; el otro video, destinado al otro ojo, mostraba figuras sin movimiento, casi todas en color verde a excepción de una pintada de rojo. Cabe mencionar que, de acuerdo con los especialistas, la conciencia se decanta, por default, hacia el video que es todo movimiento y color —“porque así funciona el cerebro”, acaso por razones evolutivas y de supervivencia que, a decir de Hsieh, tienen cabida en este asunto.

Pasada esta exposición a las pantallas, se le pidió al participante señalar qué de lo visto había llamado su atención, respondiendo casi todos que la “figura roja”, aunque aceptando también que no estaban muy seguros de haberla visto por completo.66403_237957286329645_1177647139_n

El segundo experimento se desarrolló casi idéntico salvo por una variable: en tanto veían los mismos videos en la situación antes descrita, los participantes realizaron alguna tarea que demandó su atención. A diferencia del escenario anterior, en este la figura roja no atraía su atención solo inconscientemente, lo cual hace pensar a los científicos que el ser humano necesita un poco más de “poder cerebral” para poner atención en algo incluso si no está al corriente de ello.

Para Hsieh esta aparente disociación entre atención y conciencia podría haberse originado en el pasado remoto del hombre como homínido, cuando había que estar atento de los peligros en derredor incluso (o sobre todo) mientras se realizaban otras actividades. “Necesitamos ser capaces de dirigir nuestras atención hacia objetos potencialmente interesantes, incluso antes de percatarnos de la presencia de dichos objetos”, declaró Hsieh

Noticias importantes para el cambio. Noticias sobre los Borbones y sus esclavos, la paga extra, la transición

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LA CORONA ESPAÑOLA Y EL TRÁFICO DE NEGROS, EL GRAN NEGOCIO DE LOS BORBONES

De la página: http://hilvanadoamano.blogspot.com.es/2013/06/la-corona-espanola-y-el-trafico-de.html

Nada en la historia de la humanidad resulta tan vergonzoso es indignante la trata de esclavos, en el África subsahariana representó la mayor catástrofe de la era moderna. A lo largo de la costa africana se establecieron factorías de esclavistas, si bien fueron los portugueses los pioneros, holandeses, franceses e ingleses pronto participarían en esta salvaje y criminal explotación del hombre por el hombre. Millones de personas eran capturados como animales para servir como esclavos en plantaciones de las potencias europeas, en sus casas o haciendas. El Imperio español al principio permaneció en cierto modo, pero solo en cierto modo, ajeno a esta infamia.

Si bien la esclavitud en España se introduce en tiempos de los reyes católicos, por el tratado de Alcaçovas, mediante el cual España autoriza la venta de esclavos en España. El posterior Tratado de Tordesillas en 1494, impide durante los siglos posteriores el comercio directo de esclavos en colonias desde las costas africanas, a pesar de ello unos años después comienzan a llegar los primeros esclavos a las islas del Caribe, fundamentalmente para los cultivos de caña de azúcar, la excusa una gran epidemia que diezma la población indígena, dejando sin trabajadores indigenas semi-esclavos las islas del Caribe. Esta aberración a pesar del Tratado de Tordesillas fue muy grande, por ejemplo Puerto Rico con menos de 400 españoles, había más de 2000 esclavos. Cien años después de la llegada de los españoles la población indígena había desaparecido del Caribe, siendo reemplazada por población procedente de África.

Es con la llegada de los borbones, cuando dejaron las formas y comenzó España a participar a saco en este criminal comercio, los borbones impusieron su sello personal al imperio y participaron activamente del “negocio”. Felipe V,”El Guarro”, fue el primer Borbón y el primero de los reyes de España en comenzar la moda de hacer negocios sin moral ni ética alguna, como luego se confesaba la iglesia siempre condescendiente con los poderosos le daba la absolución. Pronto firmó un suculento contrato con la Compañía de Guinea, al igual que él, de nacionalidad francesa, se hizo socio criminal de otro Borbón, el rey de Francia Luis XV, por lo cual percibía cada Borbón el 25% de los beneficios de la organización esclavista. Eso sí, todo de manera muy católica, los barcos en los que transportaban la “mercancía” debían ser católicos, así como la tripulación, por eso de que de ese modo los esclavos que no llegase a América, tuviesen la posibilidad de morir por la gracia de Dios.
La sociedad con su primo termino rompiéndose, por el tratado de Utrecht, tampoco le importó mucho al Borbón, pronto formalizó contrato con los ocupantes de Gibraltar y Menorca y creo la Compañía de Comercio, que actuaba de forma conjunta con South Sea, por este acuerdo fueron secuestrados unas 150.000 personas, que fueron vendidas como esclavos en pública subasta en las colonias españolas, en esta operación repartía beneficios con Ana Estuardo, reina de Inglaterra, no vayamos a creer que eran solo unos impresentables los reyes de España, que como decía mi padre, el mejor rey el que no existe.
En esta ocasión, como los ingleses no eran católicos cambiaron las cláusulas, los ingleses más negociantes establecieron que la “mercancía” fuesen hombres, mujeres o niños no debían ser viejos ni defectuosos y tener sus dentaduras completas, por lo cual les miraban los dientes como si fuesen caballos o mulas, los pobres desgraciados eran salvajemente marcados con hierros candentes con los sellos del rey de España y de la compañía inglesa, de la que era socia mayoritaria Ana Estuardo, y diversos lores ingleses.
Está claro que los empresarios si se han podido evitar costes salariales, se los han evitado, de hecho en estos momentos, con la complicidad de la decadente clase política monárquica, de mundo financiero y de esa organización terrorista a la que llaman “Los mercados” van camino de ello, de conseguir mano de obra si no esclava si en precarias, muy precarias condiciones laborales. Así que no es de extrañar que los grandes colonos españoles, los empresarios de la época, presionasen para las grandes plantaciones de café, azúcar o cacao y aunque el Tratado de Tordesillas prohibía el tráfico de esclavos, fueron muchos los empresarios españoles que crearon sus propias compañías de tan criminal comercio.
Con la llegada de la revolución francesa se comienza a tomar conciencia del crimen contra la humanidad que supone la esclavitud, la cual vota en febrero de 1794 la abolición de la esclavitud en las Antillas Francesas, continuando Dinamarca que prohíbe de manera toral el comercio de esclavos, cuatro años más tarde en 1807 Inglaterra hizo lo mismo, pero sin ponerle muchas ganas y no seria hasta 1832 cuando aprueba la abolición del de la esclavitud en las colonias británicas. Los borbones que se habían dado cuenta del gran negocio no renunciaron a ello a pesar de los tratados que firmaban y presiones que recibían del resto de las naciones, no sería hasta la llegada de la primera República Española cuando es abolida la esclavitud en Puerto Rico, pero no en Cuba, donde seria abolida en 1886. Siendo España el último país en participar de manera activa en el tráfico de esclavos fue la última en abolir la esclavitud, por ser una manera de enriquecimiento personal de los borbones y la aristocracia española.

LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA : EL FIN DE UN MITO


Durante décadas se ha mantenido el mito de la transición española como un proceso ejemplar, que permitió avanzar sin traumas desde la dictadura hasta una sociedad democrática, abierta y plural, pero cada vez se escuchan más voces discrepantes que exigen un nuevo relato. La corrupción de la clase política y su connivencia con las oligarquías financieras, el fraude fiscal, la burbuja inmobiliaria, la explotación laboral, las intolerables desigualdades sociales, la pervivencia de una monarquía cada vez más cuestionada o el mantenimiento de una legislación anti-terrotista que viola todos los tratados internacionales sobre derechos humanos, no han brotado por casualidad.
Muchos opinamos que son herencia de un proceso orquestado por políticos franquistas, sin otras preocupación que garantizar su impunidad y preservar sus privilegio.
LA ECONOMÍA
 
La transición española apenas afectó a la redistribución de la riqueza. Las élites económicas conservaron el patrimonio adquirido durante la dictadura y continúan tutelando al poder político, que siempre se han mostrado benevolente con sus intereses. Las grandes familias empresariales (los March, Fenosa, Koplowitz o Meliá) descubrieron enseguida que la democracia parlamentaria no representaba un peligro. Su percepción fue confirmada por tres décadas, donde los trabajadores soportaron ajustes, reconversiones e imposiciones por decreto, pese a huelgas generales como la de 14-D de 1988, cuyo éxito no logró que los jóvenes, los desempleados y los asalariados y los asalariados con retribuciones más exiguas mejoraran sus expectativas y su precaria calidad de vida. No es fruto del azar que el salario mínimo interprofesional de nuestro país (641,40 euros) se halle entre los más bajos de la Unión Europea, aventajando tan sólo a los de Portugal y Polonia. Las diferencias sociales se han consolidado bajo los diferentes gobiernos de la democracia. un salario mínimo raquítico, que se utiliza para contener las demandas de los sindicatos en la negociación de los convenios, no ha impedido que nuestros directivos sean los mejor pagados de Europa.
Los consejeros delegados y los altos ejecutivos de la empresas IBEX a veces ganan cantidades que representan 360 veces el salario mínimo. Hace unos días, el Banco de España obligó a los directivos de las cajas con ayudas públicas a publicar sus sueldos, creando un enorme malestar entre los afectados.
Las cifras son indignantes en un país con una tasa de pobreza del 25% (ingresos anuales inferiores a 16.680 euros en una familia compuesta por dos adultos y dos niños) y con unas perspectivas sombrías, que incluyen a corto plazo una recesión con destrucción masiva de empleo.
El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, percibió 2’34 millones de euros en el 2011. Adolf Todó, presidente de CatalunyaCaixa, intervenida por el Estado después de inyectarle 2.968 millones, cobra 1’55 millones. Mientras tanto, 700.000 personas sobreviven con menos de 3.000 euros anuales.
Los altos salarios de los ejecutivos y los beneficios empresariales sortean con facilidad el control de la Hacienda Pública. El 82% de las empresas del IBEX 35 aseguran el capital acumulado con paraísos fiscales. El billete de 500 euros (el 65% del dinero que circula por el territorio nacional) es la herramienta perfecta para el fraude fiscal. El 25% de éstos billetes están en nuestro país. Gracias a ellos, se defraudan 16.000 millones de euros anuales y la economía sumergida, con casi cuatro millones de puestos de trabajo, comete un desfalco de 32.000 millones más.

En Alemania, la economía sumergida representa el 6% del PIB. En España, el 25%. Se estima que el 86% de las fortunas con más de diez millones de euros eluden sus obligaciones fiscales. Las mayores bolsas de evasión fiscal están en capital mobiliario en inmuebles. Se podrían recaudar 21.000 millones de euros anuales, si los inspectores del Ministerio de Hacienda se ocuparan de controlar y supervisar las declaraciones de la renta de las grandes fortunas.
El gobierno de Mariano Rajoy tendrá que recortar precisamente 21.000 millones más a lo largo del año para cumplir los objetivos del déficit impuesto por la UE. Evidentemente, la mayoría saldrá de las rentas del trabajo y de nuevos recortes en educación, sanidad, investigación, cultura, salarios y pensiones. El incremento del IVA se ha aplazado para no penalizar aún más el consumo, agravando la contracción de la economía, pero ha prevalecido un ajuste regresivo maquillado por una ligera subida fiscal de las rentas más altas.

LA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

La transición no sólo mantuvo intactas las estructuras económicas, con su cortejo de fraude y corrupción. Los militares y policías implicados en torturas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales se beneficiaron de una amnistía sin fundamento jurídico, pues los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad nunca prescriben y no se puede invocar la soberanía de un país para exonerar a los responsables. Nadie ha respondido por las muertes de Julián Grimao o Enrique Ruano, dos repulsivos crímenes de Estado que Manuel Fraga Iribarne, justificó y encubrió desde su cargo de Ministro de Información y Turismo. Nadie ha sido juzgado por las más de 300.000 víctimas de represión franquista durante la postguerra. Ni siquiera se han exhumado las fosas clandestinas donde aún esperan justicia 130.000 víctimas del terrorismo de Estado.
La independencia del poder judicial es dudosa. La Audiencia Nacional se parece de forma inquietante al nefando Tribunal de Orden Público, al menos que formalmente reemplazó, y no merece una consideración diferente el Tribunal Supremo, que ha absuelto a los guardias civiles condenados por la Audiencia de Gipuzkoa por presuntas torturas contra los integrantes del comando de ETA que colocó la bomba en T4 de Barajas. El diario El País ironizó sobre la sentencia en un valiente artículo de José Yoldi titulado : «Aquellas costillas que se lanzaban contra las porras» (22-11-2011). El texto no tiene desperdicio y refleja la situación de los derechos humanos en España: «La versión del Supremo de que aquellas lesiones fueron causadas cuando los etarras pretendían escapar es similar a aquellas de la Transición cuando las costillas se lanzaban contra las porras. Un delirio. Cuando uno o dos agentes se lanzan encima de alguien le pueden causar una, dos, o media docena de lesiones y suelen ser en el mismo lado. ¿Ha leío el Supremo los dos interminables folios de hematomas, equimomas, eritemas, erosiones, escoriaciones e incluso fracturas de los partes médicos? Sarasola presentaba 18 lesiones distintas, varias de ocho por siete centímetros, en ojo, tórax, abdomen y brazos, y Portu, aparte de una docena de hematomas y erosiones, tenía varias fracturas costales con colapso pulmonar y derrame pleural, además de otras lesiones en un ojo, abdomen y piernas. ¿Semejante cantidad de lesiones al reducir a un fugitivo?

Decía Chesterton : «Puedo creer lo imposible, pero no lo improbable. Pero usted, como el Supremo, puede creer lo que quiera».

La transición no fue pacífica. El 3 de marzo de 1976 la policía española disparó contra los obreros en huelga que se habían refugiado en una iglesia en Vitoria-Gasteiz. No era una protesta política, sino laboral. Murieron séis trabajadores, uno de ellos con 17 años, Francisco Aznar Clemente y otro con 19, Romualdo Barroso Chaparro. Nunca se juzgó a los autores materiales ni a los que ordenaron disparar (Manuel Fraga, Rodolfo Martín Villa y el general Campano, comandante general de la Guardia Civil) y el 6 de junio de 2011 el PP, el PSOE y UPyD impidieron con sus votos en el Parlamento vasco que se reconociera a los trabajadores asesinados como «víctimas del terrorismo».

Lluis Llach compuso una hermosa canción «Campanades a mort», que rendía un homenaje a los caídos, recordándonos una vez más que la poesía es la invención más digna del ser humano, pues su esencia no es ahondar en el yo, sino abrirse a los otros. Si buscamos el yo, debemos perdernos en el otro, pues la existencia humana siempre es una existencia en comunidad. Desgraciadamente, los crímenes de la policía prosiguieron, con la misma impunidad en años posteriores. El 8 de julio de 1978 los antidisturbios dispararon contra el estudiante Germán Rodríguez en Pamplona, causándole la muerte. El disparo le perforó la frente y se hizo a bocajarro. Por supuesto, no se juzgó a los responsables.

Podría pensarse que han cambiado las cosas, pero los hechos no corroboran esa impresión. El 6 de febrero de 2004, Theo Van Boven, catedrático de Derecho constitucional y relator de Naciones Unidas del Comité contra la Tortura, afirmó que en España no habían desaparecido la tortura ni los tratos inhumanos y degradantes. Entre 2001 y 2008, sólo en Euskal Herria 5.686 personas denunciaron haber sido torturadas mientras se encontraban bajo tutela policial o penitenciaria. Algunos casos han obtenido cierta resonancia mediática. Martxelo Otamendi, director de Egunkaria, fue detenido con otras diez personas en 2003, acusados de colaboración con ETA. En esas fechas, Egunkaria, era el único periódico que se editaba integramente en euskera. Su intención era rescatar la iniciativa de Eguna, el periódico editado por el Gobierno Vasco entre enero y Julio de 1937. Otamendi y sus compañeros fueron brutalmente torturados por la Guardia Civil : privación de sueño, golpes, amenazas, simulacros de ejecución, humillaciones sexuales y la famosa bolsa, un plástico que se adhiere a la cara, provocando inmediatamente sensaciones de asfixia. Absueltos en 2010 por la Audiencia Nacional, los directivos de Egunkaria no han recibido ninguna clase de reparación.

No quiero dejar de mencionar el caso Almería. El 10 de mayo de 1981 aparecieron los cuerpos calcinados de tres jóvenes en un barranco de la carretera de Gérgal. La guardia civil aseguró en un primer momento que se trataba de tres activistas de ETA, pero en realidad eran tres trabajadores (Juan Mañas Morales, Luis Montero García y Luis Manuel Cobo Mier) que habían sido confundidos con los miembros de un comando. El teniente coronel Carlos Castillo Quero ordena el traslado de los detenidos a un cuartel abandonado en Casafuerte (Almería), donde once agentes participan en una sesión de torturas que finalizará trágicamente. Los tres jóvenes mueren. Después de descubrir el error, se intentan borrar las pruebas tiroteando y quemando los cuerpos. Los cadáveres son descuartizados para introducirlos en el Ford Fiesta, que será despeñado. Pese a la versión oficial de Juan José Rosón, Ministro del Interior, según el cual el coche se había precipitado al vacío durante un intento de fuga, sale a la luz toda la verdad, pero sólo se procesa y condena a tres agentes, incluido el teniente coronel Quero, que en 1987 ya disfruta del tercer grado y en 1992 queda en libertad condicional. La familia de Juan Mañas ha solicitado inútilmente a diferentes organismos que los tres jóvenes torturados y asesinados por la Guardia Civil sean reconocidos como víctimas del terrorismo.

LA MEMORIA HISTÓRICA

España no ha liquidado las cuentas con su pasado. Aún hay calles, avenidas, plazas y estatuas dedicadas a Franco y sus generales, pero más de cien mil víctimas de la represión siguen enterradas en carreteras, cunetas o barrancos. Los restos de García Lorca aún siguen en paradero desconocido. Ni siquiera se ha creado una Comisión de la Verdad para hacer un relato objetivo a un criminal de guerra, pero en España sigue en pie el horripilante Valle de los Caídos. Soportamos una monarquía que actuó de forma incomprensible el 23-F. Estamos muy lejos de conocer lo que sucedió realmente y cual fue el papel desempeñado por Juan Carlos I, que ha acumulado una notable fortuna personal desde su subida al trono, a veces realizando negocios con figuras tan execrables como Mario Conde, Javier de la Rosa, Manuel de Prado o José María Ruiz Mateos, todos ellos procesados y condenados por diferentes delitos financieros. La revista Forbes atribuye a la Corona una fortuna de 1.790 millones de euros.

El supuesto consenso entre las fuerzas políticas implicadas en la transición se produjo en un clima de coacción, donde el margen de maniobra casi era inexistente. El hecho de que Manuel Fraga fuera uno de los siete padres de la Constitución sólo pone de manifiesto la concurrencia de notables irregularidades. La presencia de la izquierda (Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé Tura) fue minoritaria y, en algunos aspectos, simbólica. No se consultó a ningún partido vasco y, por supuesto, ni siquiera se planteó su intervención en la elaboración del texto constitucional. El PCE sólo logró su legalización, acatando la monarquía y renunciando a cualquier planteamiento revolucionario. No creo que se pueda hablar de traición, pero si de claudicación.

La Constitución se aprobó en un clima de miedo. Se planteó el «no» como un gesto de irresponsabilidad que podría desembocar en una guerra civil. Treinta años después es imposible afirmar que España ha transitado hacia una democracia real, efectiva. La división de poderes nunca llegó a materializarse, pues en nuestro país hay un régimen parlamentario y no presidencialista (como el de Francia o México), donde se mezclan el poder legislativo y ejecutivo hasta confundirse y desparecer cualquier diferencia. El Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General de Estado o el Tribunal Constitucional están sujetos a decisiones políticas que comprometen gravemente su presunta independencia. Ésta anomalía sólo es un reflejo más de una transición deficitaria. El balance no es menos desolador en otro ámbitos. El régimen de las autonomías no ha resuelto el problema de España como nación histórica. Ni siquiera se planteó la posibilidad de reconocer el derecho de autodeterminación y se crearon graves desequilibrios territoriales.

Los partidos políticos no reflejan la voluntad real de los ciudadanos, con su modelo de listas cerradas y verticales. El sistema D’Hont propicia el bipartidismo y contiene el avance de la izquierda real. Se fomenta el personalismo al permitir la reelección indefinida de los cargos públicos y se malogra de raíz el pluralismo político. Se afirma que la Constitución permite tanto una economía de mercado como una economía planificada, pero en las condiciones sociales e históricas en que se gestó la apuesta por un capitalismo liberal era inequívoca. La concentración de la información en unos pocos núcleos empresariales ha contribuido a frustrar la aparición de medios de comunicación verdaderamente independientes. La aparición de la red ha posibilitado la circulación de medios alternativos, pero la vigilancia de la policía y de un poder judicial concertado con el poder político ejerce una coacción silenciosa sobre los periodistas digitales.
Siempre se puede cerrar un blog, una página web o un  perfil de Facebook con argumentos difusos o acusar de terrorismo con cualquier pretexto. La doctrina impulsada en la Audiencia Nacional por el juez Baltasar Garzón, según la cual «todo es ETA», ha convertido en terrorismo a cualquier iniciativa a favor del socialismo o la autodeterminación en Euskal Herria.

EL PUEBLO, VIENTO DE LIBERTAD

A éstas alturas, es ridículo sostener que la democracia llegó a España gracias a la corona y los políticos reformistas (Suárez, Areilza, Fraga). Los cambios se produjeron gracias a las movilizaciones populares. Todos los que vivimos los años de plomo de la transición, con manifestaciones multitudinarias donde la polícia y la ultraderecha colaboraban estrechamente para reprimir las ansias de libertad, nunca olvidaremos a las víctimas, algunas abatidas por pistoleros de Fuerza Nueva o los Guerrilleros de Cristo Rey; otras, por la policía, como Maria Luz Nájera, de 21 años, que perdió la vida cuando un agente le disparó a bocajarro un bote de humo, apuntando a su cabeza. Se recuerda a los abogados de Atocha, asesinados el 24 de enero de 1977, pero han caído en el olvido los nombres de Carlos González Martinez, Arturo Ruiz, Yolanda González o Arturo Pajuelo. Arturo Ruiz era un estudiante de 19 años que murió cuando un ultraderechista argentino, que militaba en la Triple A, le pegó un tiro en un callejón de la Gran Vía.

En esa época, los grupos de extrema derecha se movían por España a sus anchas, confraternizando con las Fuerzas de Seguridad del Estado. El 13 de diciembre de 1979, la policía asesina en una manifestación a los estudiantes José Luis Montanes Gil y Emilio Martinez. Podría citar los nombres de otras víctimas de la transición, pero creo que la tragedia de Yolanda González simboliza el sufrimiento de toda una generación de jóvenes que lucharon por la libertad y el fin de la dictadura.
Yolanda González nació en Bilbao el 18 de enero de 1961. Hija de una familia obrera, militó brevemente en la Liga Comunista Revolucionaria. En Octubre de 1979 participó en la fundación del Partido Socialista de los Trabajadores. Se trasladó a Madrid, buscando porvenir. Se matriculó en el Centro Profesional de Vallecas y consiguió trabajo como empleada de hogar. Delegada de la Coordinadora Estudiantil de Madrid, adquirió en seguida el reconocimiento de sus compañeros de lucha política, que apreciaron su capacidad de liderazgo. Secuestrada por Emilio Hellín e Ignacio Abad, aparece con tres disparos en la cabeza en una cuneta de San Martín de Valdeiglesias. Los asesinos pertenecen a Fuerza Nueva. Ambos son detenidos quince días más tarde. Hellín declara que la orden ha partido de Martínez Lorca, ex guardia civil, jefe de seguridad de Fuerza Nueva y estrecho colaborador de Blas Piñar. El atentado es reinvindicado por el «Grupo 41» del Batallón Vasco Español, una de las hidras del terrorismo de Estado. Algo más tarde, se descubre la implicación de Juan José Hellín, hermano de Emilio y miembro de la Guaria Civil, y del policía nacional Juan Rodas Crespo. Emilio Hellín relata que antes de matar a Yolanda, le dijo al oído: «aquí se acabó el paseo, roja de mierda», no sin haberla torturado previamente por el camino. Después de golpearla salvajemente, la obligó a bajar del coche y le disparó dos tiros en la cabeza. Ignacio Abad le propinó un tercer tiro de gracia. Yolanda acababa de cumplir 19 años. El entonces diputado Juan Barranco declaró: «Éste asunto se achaca en su superficie a elementos de la extrema derecha, pero va más allá y se relaciona con instituciones del Estado». Siempre se sospechó que detrás del crimen se encontraba la Brigada Especial Operativa, dirigida por el comisario Manuel Ballesteros, un brutal torturador de la dictadura franquista rescatado por el ministro socialista del Interior, José Barrionuevo, para colaborar en la guerra sucia contra los independentistas vascos.

Franco murió en la cama, pero España no era un país resignado a la dictadura, sino una de las naciones de Europa con más agitación social y con unos movimientos obreros y estudiantiles más reivindicativos. Conviene recordar que en 1976 hubo 1.438 días de huelga por cada 1.000 trabajadores, cuando la media en la Comunidad Europea era de 390 días. En los sectores industriales, la cifra se disparó hasta los 2.085 días. Éstos números se repitieron en 1977. El economista y ensayista Vincenç Navarro apunta que las protestas de los trabajadores se habían agudizado a partir de 1973 y alcanzaron su punto más alto en 1976, cuando el ministro de Gobernación, consciente de que se habían perdido 150 millones de horas de trabajo a consecuencia de 17.731 huelgas, advirtió del «gran peligro que representaba tal movilización para la continuación del orden constitucional». En ese momento, el orden constitucional estaba representado por la monarquía.

Los documentos del Ministerio de la Gobernación manifiestan claramente la profunda inquietud desatada por la movilizaciones obreras. Juan Carlos I decidió despedir a Carlos Arias Navarro y reemplazarlo por Suárez para garantizar su propia continuidad al frente del Estado. Carlos Arias Navarro había presidido uno de los gobiernos más represivos de la dictadura, generalizando la tortura y el asesinato extrajudicial. En ese período muchas huelgas y manifestaciones se resolvieron con disparos de la policía, que mató a varios obreros con una mezcla de crueldad e impunidad, capaz de justificar el rechazo que aún despiertan en amplios sectores de la sociedad unos cuerpos comprometidos durante décadas con la represión de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

La brutalidad empleada con los indignados de Barcelona y Madrid en las concentraciones del 15-M pone de relieve que ha cambiado el color del uniforme de los antidisturbios, pero no su espíritu. El Tribunal de Orden Público trabajó sin descanso entre 1970 y 1975, abriendo 12.000 procesos. Esa tendencia represiva aún está presente en el primer gobierno de la Monarquía, cuando el Consejo de Ministros aprueba la militarización de todos los empleados de Correos, Telégrafos, Telefónica, Ferrocarriles, agua, gas y electricidad. A pesar de la medida, prosiguen las movilizaciones y el rey comprende la necesidad de un cambio para no repetir el destino de Alfonso XIII. El aperturismo de Suárez hizo todo lo posible para marginar a las fuerzas más reivindicativas de la izquierda y establecer una democracia limitada, según ha reconocido Miguel Herrero de Miñón, uno de los colaboradores más cercanos del nuevo presidente. El PCE aceptó pasar a segundo término y el PSOE, con un papel irrelevante en la lucha clandestina contra la dictadura, se comprometió a desviarse del marxismo para no crear problemas. El gobierno de Felipe González continuó con la tradición de la guerra sucia, creando los GAL y recurriendo a militares de la dictadura, como el general José Antonio Saénz de Santamaría; falangista de primera hora, Sáenz de Santamaria se ocupó de exterminar maquis durante la postguerra, empleando sistemáticamente la tortura y las ejecuciones clandestinas. Fue el responsable de organizar los últimos fusilamientos de la dictadura el 27 de septiembre de 1975, desafiando a la opinión pública internacional, que protestó contra un nuevo crimen de Estado. Director general de la Guardia Civil y de la Policía durante el gobierno socialista, no reconocería hasta 1995 la implicación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, en la creación de los GAL y en sus últimos años ironizó sobre la campaña contra Felipe González, señalando que el presidente socialista se limitó a imitar a sus antecesores.

La reaparición o permanencia de ciertos nombres asociados a la dictadura y la represión cuestiona el espejismo de un país democrático, sin violaciones de los derechos humanos y una libertad sin coacciones ilegítimas. España necesita una segunda transición, o mejor dicho, un cambio que nos aleje definitivamente del franquismo, pero nada indica que se esté gestando nada semejante. En 1975, el pueblo español luchaba en las calles por la democracia, mientras los políticos reformistas y la casa real realizaban ingeniería institucional para asegurar sus prebendas

El 15-M representó la primera movilización popular de un nuevo período, donde los perdedores de la crisis económica exigen el fin de los abusos y las desigualdades. No se ha conseguido nada, pues no existía una conciencia política con unos objetivos claros y se agitó la bandera del apartidismo, sin advertir que las banderas son necesarias para asaltar los cielos. El 15-M detuvo desahucios, pero de inmediato el poder judicial envió a los antidisturbios para garantizar que las familias sin recursos acabaran en la calle y se restableciera el orden público. No pierdo la esperanza de que las protestas renazcan, con otro signo, rescatando el espíritu de los que se manifestaron en los años de plomo de la transición. Ellos y ellas, especialmente los que murieron asesinados por la ultraderecha o las Fuerzas de Seguridad del Estado, son los verdaderos protagonistas de un cambio político boicoteado por las instituciones heredadas del franquismo. Su espíritu aún circula por las calles y las plazas, recordándonos que los pueblos a veces se adormecen, pero nunca renuncian a la libertad y la dignidad.

Fuente: Into The Union- Rafael Narbona

Lectura para verano

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La literatura erótica de moda


Las Sombras de Grey de E.L. James, ha catapultado el número de lectores de literatura erótica.

También aumentan los lectores de las novelas con una componente de erotismo del escritor Juan Peláez. En concreto de tres de sus obras:

París es un laberinto.

¿Por qué llega el desamor?

A través de una narración trepidante, llena de erotismo, puede que encuentres respuestas.

Recorrerás una ciudad laberinto de la cual te costará salir, igual que abandonar cualquier pasión.

Habrá luchas con enemigos de otras épocas. Hallarás relaciones, encuentros y desencuentros.

Te toparás con antiguos odios. Y en el fondo con la búsqueda por amor hacia uno mismo y los demás, la única vía posible de evolución.

¿Estás dispuesto a enfrentarte a tus propias sombras?

La noche de don Juan

La noche de don Juan es el intento del hombre por explicar a la mujer el mundo masculino.

En la mágica noche de San Juan, en la que se quema lo antiguo para dar paso a lo posible, una pareja frente al fuego.

“Tú que escribes, cuéntame”, es el mantra repetido y desesperado de quien desea entender al hombre. Él buscará en sus recuerdos vigilados por una misteriosa presencia.

Una obra cargada de autoconocimiento, erotismo y belleza que nos acerca al interior del ser humano.

El encuentro inevitable

¿Alguna vez has pensado por qué estás con una pareja determinada? Quízá la explicación vaya más allá de la atracción física, de la compaginación emocional. Tal vez haya que buscarla en un pacto realizado en otras vidas para que dos seres evolucionen en esta existencia: Las almas gemelas.

Un libro cargado de erotismo en el que se viaja por otras vidas a la búsqueda de explicaciones de lo que sucede en esta.

Noticias importantes para el cambio. La crisis actual

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Entrevista a Krishnamurti

Dice usted que la crisis actual es sin precedentes. ¿En qué sentido es excepcional?45914_588418904544123_783001587_n

 Es evidente que la crisis actual en el mundo entero es excepcional, sin precedentes. A través de la historia, ha habido crisis de diferentes tipos en diferentes períodos, crisis sociales, nacionales, políticas. Las crisis vienen y pasan; los recesos económicos, las depresiones, se producen, se modifican y continúan en forma diferente. Eso lo sabemos; el proceso nos resulta conocido. La crisis actual es sin duda diferente, ¿verdad? Es diferente, ante todo, porque no se trata de dinero, de cosas tangibles, sino de ideas. La crisis es excepcional porque ella ocurre en el campo de la ideación. Reñimos por ideas, justificamos el asesinato. En todas partes del mundo, justificamos el asesinato como medio para un fin recto, lo cual, de por sí, es sin precedentes. Antes, el mal era reconocido como mal, el asesinato era reconocido como asesinato; pero ahora el asesinato es un medio de lograr un resultado noble. El asesinato, ya sea de una persona o de un grupo de personas, se ve justificado porque el asesino, o el grupo que el asesino representa, lo justifica como medio de logras un resultado que será beneficioso para el hombre. Es decir, sacrificamos el presente por el futuro; y no importan los medios que empleemos mientras nuestro propósito declarado sea alcanzar un resultado que, según decimos, será beneficioso para el hombre. Lo que ello implica, por lo tanto, es que un mal medio producirá un fin bueno; y el mal medio lo justificáis por la ideación. En las diversas crisis que antes se produjeron, el problema fue la explotación de las cosas o del hombre; ahora es la explotación de las ideas, que es mucho más perniciosa, mucho más peligrosa, porque la explotación de las ideas es sumamente devastadora, destructiva. Ahora hemos aprendido el poder de la propaganda, y esa es una de las mayores calamidades que puedan ocurrir: utilizar las ideas como medio de transformar al hombre. Eso es lo que hoy está sucediendo en el mundo. El hombre no importa; los sistemas, las ideas han llegado a ser lo importante. El hombre ya no tiene signif

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icación alguna. Podemos destruir millones de hombres mientras produzcamos un resultado, y al resultado se lo justifica por las ideas. Tenemos una magnifica estructura de ideas para justificar el mal; y eso, por cierto, no tiene precedentes. El mal es el mal; no puede traer el bien. La guerra no es un medio de paz. La guerra podrá producir beneficios secundarios, tales como aeroplanos más eficaces, pero no traerá paz al hombre. A la guerra se la justifica intelectualmente como medio de alcanzar la paz; cuando el intelecto manda en la vida humana, acarrea una crisis sin precedentes.

Hay también otras causas que indican una crisis sin precedentes. Una de ellas es la extraordinaria importancia que el hombre da a los valores sensorios, a la propiedad, al nombre, a la casta, a la patria, y al rótulo particular que ostenta. Sois musulmanes o hindúes, cristianos o comunistas. El nombre y la propiedad, la casta y el país, han adquirido predominante importancia, lo cual significa que el hombre está atrapado en el valor sensual, en el valor de las cosas, sean ellas producto de la mente o de la mano. Las cosas hechas por la mano o por la mente han llegado a ser tan importantes, que nos matamos, nos destruimos, nos descuartizamos, nos liquidamos unos a otros por causa de ellas. Estamos acercándonos al borde de un precipicio; toda acción nos conduce hacia él, toda acción política, toda acción económica, nos lleva inevitablemente al precipicio, arrastrándonos a ese abismo de caos y confusión. La crisis, pues, es sin precedentes, y ella exige una acción sin precedentes. Para apartarse, para salirse de esa crisis, se necesita una acción creadora, atemporal, una acción que no se base en ideas, en sistemas; porque toda acción basada en un sistema, en una idea, inevitablemente conducirá a la frustración. Semejante acción no hace más que llevarnos de vuelta al abismo por diferente ruta. Como la crisis no tiene precedentes, también es preciso que haya acción sin precedentes, lo cual significa que la regeneración del individuo debe ser instantánea, no un proceso de tiempo. Debe producirse ahora, no mañana; porque «mañana» es un proceso de desintegración. Si pienso en transformarme mañana, fomento la confusión, sigo en la esfera de la destrucción. ¿Es posible cambiar ahora mismo? ¿Es posible que uno se transforme completamente en seguida, en el ahora? Yo digo que si lo es.944579_557091077683825_415296316_n

La cuestión es que, como la crisis es de carácter excepcional, para enfrentarla tiene que haber una revolución en el pensamiento; y esta revolución no puede producirse por intermedio de otra persona, de ningún libro, de ninguna organización. Debe llegar a través de nosotros mismos, de cada uno de nosotros. Sólo entonces podremos crear una nueva sociedad, una nueva estructura alejada de este horror, ajena a estas fuerzas extraordinariamente destructivas que se están acumulando, amontonando. Y esa transformación ocurre tan sólo cuando vosotros, como individuos, empezáis a daros cuenta de vosotros mismos en todo pensamiento, acción y sentimiento.

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