Muerte y felicidad

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47DCB844-07F8-4AA7-ADBD-ECA355F55BA6(C) Juan Pelaez

La palabra muerte unida a felicidad ¿Locura? ¿Provocación? ¿Esnobismo? ¿Realidad? ¿Existe futuro en la muerte?

Las culturas católicas, islámicas, judías o budistas parecen relacionar la muerte con un posible “paraíso” si se han hecho bien los deberes en este lado de la existencia.

Morir, en todo caso, es un trance que me produce inquietud como ser humano ¿o a ti no?

Es situarse en una frontera. Y en los límites entre lo que conozco y lo que no, se produce incertidumbre. Aparecen las tensiones entre lo que fue y lo que tal vez será. Entre lo viejo y lo novedoso. Entre aquellos que desean otra cosa y los que se aferran a las formas conocidas.

Morimos en cada momento. Nuestras células, las maneras de enfocar la vida, las relaciones… están en permanente mutación. Solo cuando nos agarramos a los fundamentalismos ideológicos de cualquier tipo que afirman que las cosas son así y no de otra manera… parecemos estar seguros. Es solo apariencia. El cambio nos trasciende. Creer que todo permanece solo es una construcción mental. Lo que conocemos se descompone a cada instante con nuestro simple deambular por la vida para convertirse en algo nuevo.

Estamos en un periodo en lo que creíamos ya deja de serlo. La confianza ciega en los mercados como regulador de cualquier aspecto de la existencia: Lehman Brothers, corrupciones políticas, manipulaciones bancarias, desastres ecológicos programados, desmoralización de los trabajadores, empobrecimiento de la población mundial, desarticulaciones de las sanidades de los países, de sus sistemas educativos, de los Servicios Sociales, por el mismo salario de un trabajador de hace unos años, ahora trabajan los dos miembros de una pareja, con menos derechos y muchas más horas…image

¿Dónde está el avance? ¿Dónde la felicidad? La muerte, la crisis es una oportunidad de crecimiento.

La fe es lo que ayuda a encarar el fallecimiento. La creencia de que algo nuevo y tal vez mejor esté por llegar.

Es necesario más que nunca renacer hacia estados más felices. La felicidad como utopía. En la consciencia de que nunca se llegara a su absoluto pero si podemos sumarnos a una flecha permanente que nos lleve en esa dirección.

Se habla de términos como conciliación familiar, responsabilidad social, retención del talento, igualdad salarial y de oportunidades laborales entre mujeres y hombres… se insiste tanto porque aún no se ha conseguido.

Tengo fe en que llegan los tiempos para la FELICIDAD en las empresas y organizaciones. En que a la empresa no le queda más remedio que cabalgar con determinación el vector felicidad. Si no se encontrará medio plazo operando en un universo en la que será poco eficaz, tendrá problemas en retener a sus talentos, no sabrá cómo afrontar las relaciones entre los trabajadores, el mercado y la sociedad… ha de apostar por la felicidad de sus líderes y equipos.

¿Eres consciente de que hay otra empresa en la tuya que empuja ya por nacer y ser FELIZ? ¿Qué existe otro yo en ti que desea ser feliz? ¿estás dispuesto a ayudar al alumbramiento?

Y ha de ser ya, en este preciso instante ¿para qué? Para convertir la información en conocimiento. Y este que sea asimilado por una nueva consciencia a través de producir cambios poderosos hacia la FELICIDAD.IMG_2069

¿Cómo ¿ despertando la potencialidad innata e implícita de cada ser humano. Gracias a facilitadores, trabajadores, empresas y sociedades que tengan fe en que el cambio es posible. Que crean con coherencia y honestidad que “esto ya no funciona pero lo nuevo funcionará”. Son imperantes personas que acompañen a trabajadores, equipos y entidades “en-señando”, señalando una dirección con la libertad de que cada uno pueda elegir través de despertar su auto aprendizaje de manera colectiva.

Eso si con la total claridad de que educar va más allá de la enseñanza. La educación se dirige al ser humano y para ello es necesario estar cerca de él. Es un plus. En los tiempos de la infoxicación, el dato, las técnicas… no son validad sin la asimilación, sin el cambio de consciencia, sin experimentarlo de manera personal… eso es el reino de la educación.

No valen ya ni siquiera las inteligencias múltiples, ni las emocionales solo. Es más que necesario una formación continua esencial, que ilusione, que acompañe en los cambios trascendentes para asimilar el vértigo de lo nuevo y de la FELICIDAD. Para eso necesitamos facilitadores, lideres, directores de RRHH, presidentes, políticos que se embarquen en la consecución de la felicidad con conocimiento y plena honestidad y consciencia.

Solo así se producirá de manera natural:

  • La conservación del talento.
  • El entusiasmo de las personas y los equipos en aprender, crear, crecer con el disfrute de poderlo ofrecer a la sociedad.
  • La ligazón real entre el tiempo de trabajo y el tiempo esencial del ser humano.
  • La igualdad entre todos los seres sin que haya que formalizarlo y forzarlo por normas o leyes.
  • La escucha profunda de crecimiento mutuo entre todos los miembros de la estructura.
  • La exportación honesta, coherente hacia la Restauración Social Corporativa.
  • El aumento de los beneficios de las empresa ligado a salarios dignos, coherentes con los costes reales de la vida.
  • La apuesta por incrementar los tiempos privados de los trabajadores en la consciencia de que afectan a su bienestar psicológico, físico y esencial y esto reatroalimeta a la empresa.
  • La disminución de los conflictos que paralizan y el aprendizaje en la gestión de las crisis como elementos de cambio.
  • Disminución de los accidentes y bajas laborales no porque afectan solo al presupuesto, sino porque producen sufrimiento.
  • Aumentos de la creatividad, reducción de los periodos de resolución de conflictos y problemas técnicos y descubrimientos de nuevas posibilidades y nuevos nichos de negocio en tiempos fluidos de caos generativo.

Este modelo imperante ha de morir. Debe dar paso a un nuevo paradigma. En coherencia con la Carta de la Vida.

¿Está relacionado esto con la muerte y la felicidad? Con claridad si. No nos es posible anclarnos en lo que fue. Necesitamos el ahora, el ya para poner en marcha todas nuestras fuerzas personales, grupales de la entidad en su conjunto, del país, al servicio de la FELICIDAD. Algo nuevo ha de nacer ¿Estás dispuesto?

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Muchas gracias.Thanks so much. Merci.